ENTREVISTA

Francisco Martín, el español tras la empresa que hace aprender a las máquinas

La empresa de Martín, establecida en Estados Unidos y con una sede en Valencia, es una de las compañías pioneras de lo que se conoce como 'machine learning'

El español Francisco J. Martín es el fundador y director ejecutivo de la empresa de aprendizaje automático BigML, cuya aplicación permite, a partir de un conjunto de datos de casi cualquier tipo, que los sistemas informáticos deduzcan reglas y realicen predicciones: que "aprendan".

La empresa de Martín, establecida en Estados Unidos y con una sede en Valencia, es una de las compañías pioneras de lo que se conoce como `machine learning` o aprendizaje automático, una disciplina de la inteligencia artificial que el informático español define como "un cambio de paradigma en los sistemas de información".

"Hasta ahora para construir un sistema de información siempre se necesita un experto que conoce una materia y un programador que crea el sistema (...) El cambio de paradigma implica que ahora solamente necesitas los datos, y un algoritmo de `machine learning` puede convertirlos automáticamente en reglas", explica a EFE en una entrevista.

Entre el gran número de compañías que ha utilizado su herramienta de aprendizaje automático, Martín pone como ejemplo a la empresa holandesa Juriblox, que ha conseguido elaborar un sistema que analiza contratos de confidencialidad y predice cuáles pueden ser problemáticos a nivel legal.

"Introducen cientos o miles de acuerdos en la base de datos, indican cuáles de ellos son problemáticos y cuales no, y el sistema de aprendizaje es capaz de ver qué composición de palabras hace que un acuerdo de confidencialidad requiera la revisión de un experto", asegura el director ejecutivo de BigML.

La herramienta puede aplicarse, aportando datos, a cualquier disciplina: las probabilidades de contraer una enfermedad de base genética, la posibilidades de que una empresa de reciente creación tenga éxito... Todo depende de tener datos de casos anteriores, cuantos más datos tenga el sistema, más "inteligente" será.

No obstante, el experto deja muy claro los muchos límites que tiene esta tecnología, que requiere de entornos controlados con números, categorías, fechas o textos; y sufre con las imágenes, ya que no tiene la capacidad de generalización que tiene el cerebro humano.

"Los humanos somos increíblemente inteligentes, y no tenemos ni idea de cómo funciona el cerebro. Los medios venden la inteligencia artificial como un coche de último modelo, cuando realmente está más cerca del `Modelo T` de Ford de los años 20", asegura Francisco J. Martín, que rebate la noción de que el cerebro humano "procese o guarde información".

Para Martín estamos aún muy lejos de la amenaza de la "singularidad tecnológica", esa hipótesis enunciada por la ciencia ficción que alerta contra máquinas más inteligentes que el ser humano.

"La singularidad es como buscar el Santo Grial. Si miras el estado actual de la técnica, hay vídeos que muestran un montón de robots multimillonarios que intentan abrir una puerta y fallan de forma estrepitosa. La forma de escapar de la singularidad es esconderse detrás de una puerta", bromea.

El fundador de BigML se muestra contrario al auge del `Big Data` entre las empresas, ya que considera que es "un concepto abstracto" que no tiene base científica.

"¿Quién ha inventado el Big Data, cuántos académicos lo han estado investigando? Es una invención de Silicon Valley que se amplifica por los medios. El Big Data no es más que datos, lo que hoy es grande será pequeñito mañana", manifiesta.

Para Martín esta noción solo tiene el sentido de que las empresas han entendido que tienen muchos datos y deben utilizarlos, pero la clave es qué datos escoger para resolver un problema y cómo procesarlo, aspectos en los que la inteligencia artificial o el aprendizaje automático llevan trabajando décadas.

El especialista se confiesa preocupado por la situación de la innovación en España, que considera va "por detrás de la innovación", y solo recogen las tecnologías cuando llegan de Estados Unidos tiempo después.

"En España, cuando yo montaba BigML en 2011 nadie entendía para qué. Es un país que no innova, que cuando hay una ola de tecnologías en Estados Unidos la acoge de forma masiva tres años después. Y está perdiendo una carrera muy importante", aseguró el director ejecutivo de esta compañía, que tiene una sede en Valencia.

Martín, que antes fundó las empresas Isoco y Strands (a la que Apple compró 14 patentes tecnológicas), siempre ha intentado tener una sede de sus empresas en Valencia, de donde asegura que tuvo que irse tras acabar sus estudios porque no había "compañías de este tipo", aunque reconoce que el entorno español no facilita la creación de compañías.

"En Estados Unidos es mucho más ágil la creación de empresas, obtener financiación, o como funciona la jurisprudencia. Intenta montar una empresa en España, buena suerte", asegura Martín, que también opina que el país tiene que mejorar en su formación universitaria, hacerla "menos generalista" y "menos endogámica".

BigML, con una treintena de trabajadores distribuidos en varios países, la mitad en España, con un sistema de trabajo remoto y conectado que permite a sus empleados no estar en la sede principal, ubicada en Corvallis (Oregon, Estados Unidos).

Su herramienta cuenta con más de 56.000 usuarios repartidos en 160 países, y entre las compañías que utilizan su plataforma de `machine learning` están el fabricante de automóviles chino SAIC Motors, el banco holandés ABN Amro, la firma checa de seguridad informática Avast, la empresa estadounidense de reclutamiento RealMatch o la consultora de datos Faraday.

En España, BigML colabora con el programa de innovación abierta de Telefónica, Open Future, con el que ha puesto en marcha PreSeries, un algoritmo que predice la probabilidad de éxito de una `startup` en su fase inicial gracias a una base de datos de más de 350.000 empresas de todo el mundo.

"Estamos en una situación increíblemente buena y competimos con Google, Microsoft y este tipo de compañías. Como somos pequeñitos, en España pensamos que no somos capaces de competir con esta gente, pero lo estamos haciendo y ser David contra Goliat a nuestro equipo le da mucha energía", finaliza Francisco J. Martín.
 

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