En la Región del pasado miércoles apareció una amplia y me permito decir acertada información sobre la Fundación San Rosendo, que celebró sus 25 años de vida. Noticia excelente es la de José Luis Gavela, presidente de la institución, que dice: “En la Fundación nunca se dejó de ingresar a alguien por motivos económicos”. Don Benigno Moure relata en el periódico cómo nació y la evolución positiva de la Fundación y la preparación profesional de los trabajadores, que totalizan 1.800 y 2.000 en época de verano. Los números alcanzados en las distintas facetas son halagüeños y van cogidos de la mano de la iniciativa y creatividad de su fundador, no exento de dedicación y espíritu de trabajo.
Y sería pecado olvidar que son 3.600 personas a las que asisten entre personas mayores y discapacitados. Aunque residente en A Coruña, a donde fui trasladado cuando estaba en activo, sigo sintiéndome ourensano, “miña casiña meu lar”, y confieso mi simpatía por la Fundación San Rosendo y Cáritas Ourense, de la que soy socio . Y no quiero cerrar estas líneas sin decir algo de la figura de San Rosendo, que para ello cuento con un sacerdote (Parroquia de San Pablo, A Coruña) , don Baldomero Facal Varela, a quien yo llamo cariñosamente mi asesor eclesiástico. Y San Rosendo fue obispo y se conserva un alba en el lugar de la Chapela, cerca de Puentes de García Rodríguez. Fue santo de probada importancia que fundó muchos monasterios.
Mi enhorabuena para el conjunto de personal directivo y trabajadores de la Fundación.
