Galician Connection: el poder de la música y las artes

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photo_camera Cristina Pato, la directora del 'Galician Connection'. (EFE)

La tercera edición del fenómeno 'Galician Connection', una experiencia que pone en contacto a artistas de diferentes partes del mundo en un "laboratorio" musical, ahondará este año en "el poder de la música y las artes en general dentro del mundo de la educación", tal y como ha explicado en una entrevista la artista y directora de esta propuesta, Cristina Pato.

El 'Galician Connection' surge como "resultado de los ocho años que llevo trabajando con Yo-Yo Ma y el Silk Road Ensemble" en los Estados Unidos. Allí, durante las giras "hacemos una mezcla entre concierto y residencias en diferentes universidades combinando músicos de distintas culturas con músicos que estuviesen formados en la música clásica como nosotros la entendemos", explica Pato.

Ante esta experiencia propia, nace una iniciativa que pretende servir de germen para la creación y la conexión artística "a través del contacto cultural y musical entre músicos de culturas diferentes y que hablan lenguajes musicales diferentes", una aproximación de la que "pueden surgir muchísimas cosas".

"Ponerlos a trabajar juntos transciende los valores que la música de por sí transmite, como son la colaboración, la generosidad o la curiosidad".

El sirio Kinan Azmeh, el catalán Carlos Benavent, el colombiano Edmar Castañeda, la gallego-palestina Najla Shami, y los gallegos Abe Rábade y Carlos Castro re reunirán en la Ciudad de la Cultura de Galicia los próximos 4, 5 y 6 de abril, un encuentro en el que se podrá inscribir todo aquel que quiera en el correo electrónico [email protected], además de consultar toda la información sobre el programa y las actividades abiertas en el portal web del complejo del Monte Gaiás.

El culmen será el concierto de la última jornada fruto del contacto de esos días.

"Artistas internacionales vienen a Galicia, conocen la cultura gallega, trabajan con la música gallega y lleven algo de ésta a su lugar de origen", del mismo modo que "los músicos gallegos, a su vez, recogen algo de lo que éstos traen".

Esta "conexión y colaboración" es "la base del festival", que se inspira en la "pirámide" que es un músico, según la definición de Pato: un "iceberg" con tres niveles, "la educación y formación, una parte de emprendedores culturales a la que todos hemos tenido que recurrir, y lo que se ve en los escenarios cuando uno es capaz de compartir sensaciones".

Precisamente, atendiendo a ese primer nivel, esta edición se centra en "el poder de la música y las artes dentro del mundo de la educación", así como en "los caminos para reintegrar las artes en los sistemas educativos en diferentes disciplinas", teniendo en cuenta los valores que lleva aparejados el arte, como son "la curiosidad y la imaginación".

Galicia se ha convertido en un punto de confluencia de estos artistas, pero, ¿cómo se ve la tradición y cultura gallega fuera de nuestras fronteras y cómo colaboran en su difusión iniciativas como Galician Connection?

"Muchos de los artistas con los que hemos colaborado, como Paquito D'Rivera (Cuba) ya conocían Galicia, pero la primera vez que él tocó una muiñeira fue porque nosotros se la acercamos", apunta la directora del Galician Connection.

Además, "conseguir que cinco de los adscritos al primer Galician Connection terminasen grabando un disco con Paquito D'Rivera" es uno de los logros más importantes.

"Ese tipo de conexiones son las que se generan a través del conocimiento, del contacto con los artistas durante esos tres días. Todos estamos en un barco en el que no hay capitanes y todos podemos dar nuestras opiniones", subraya.

Se puede comprobar así que "las cosas que nos unen son más que las que nos separan".

Todo esto lo cuenta una artista que nació hace 33 años en Ourense, pero que lleva casi una década instalada en Nueva York.

"Las artes se relacionan con la pasión, que es la herramienta que te hace cambiar del 'tener que' a 'querer hacer', claramente", puntualiza al empezar a hablar sobre su experiencia en Estados Unidos.

Continúa explicando cómo "cuando me marché a Nueva York fue porque quería hacer algo que no puede hacer antes", un doctorado que dejó "en pausa" cuando sacó su primer disco -Tolemia- hace ya 15 años.

La idea, "estar tres años con la beca de la Fundación Barrié de la Maza". Pero empezó a trabajar "primero como gaiteira y después como pianista" con otros músicos y esto la condujo a ver "la sorpresa positiva que se llevaron al descubrir la gaita gallega, la tradición gallega, el multiculturalismo que tenemos en una nación como la nuestra".

Actualmente, Cristina Pato pasa ocho meses de gira por India, China o Corea, y también por Estados Unidos y Europa. Asimismo, tiene experiencia como docente en EEUU. Con el 'Silk Road Project' en Harvard trabaja por un lado en "la integración de las artes en la educación" y, por otro, en la figura del "emprendedor cultural".

Pero entre tanto éxito, talento e impulso propio, lo que sigue llenando a estas artistas también se encuentra en las pequeñas cosas. Así, Pato cuenta con satisfacción una iniciativa en colegios de zonas conflictivas de Estados Unidos, donde la música se integra en la educación.

"Ver cómo en un centro de Boston cambiaron arcos de seguridad para armas y guardias de seguridad por profesores de arte, y cómo se transformó ese colegio y la comunidad, da una idea de que, por pequeño que sea lo que estás haciendo, el impacto es más grande de lo que crees". 

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