Opinión

Gobierno precario

El Gobierno ha empezado a tener las primeras noticias de lo que significa no tener mayoría propia suficiente en el Parlamento y estar al albur del apoyo de segundos y terceros para sacar adelante sus proyectos. Algunos de los socios de circunstancias que apoyaron la moción de censura para desalojar a Mariano Rajoy de La Moncloa, empiezan a pasar factura. Factura que en el caso del PDdeCat ahora controlado por Carles Puigdemont desde Alemania, roza el chantaje. No es seguro que el próximo viernes apoyen al Gobierno en la votación del techo de gasto para 2019 -que de ser aprobado, Cataluña recibiría 400 millones de euros-. Los ocho diputados que obedecen al fugado no le van a poner las cosas fáciles a Pedro Sánchez. A modo de aperitivo anuncian que no votaran a favor de la candidata propone el Ejecutivo para presidir el Grupo RTVE. Si cumplen su amenaza, Rosa María Mateo sería la segunda candidata fallida en lo que lleva camino de convertirse en un fiasco monumental.

El plan de incrementar el techo de gasto -dinero que iría destinado a las CCAA y con el que desarrollar algo más que una política de gestos-, también está amenazado por la negativa del Partido Popular a apoyarlo. Así lo ha dicho Pablo Casado, nuevo presidente de los populares. Y puede llevar a término su anuncio porque la formación conservadora dispone de mayoría en el Senado. Ante semejante panorama se han dejado oír voces muy críticas contra Casado. Entre las más comentadas las de la vicepresidenta Carmen Calvo y también la de Susana Díaz, presidenta de Andalucía en declaraciones realizadas a la salida de su entrevista con el presidente del Gobierno. Ambas han acusado al nuevo líder de los conservadores de anteponer los intereses de su partido al interés del común. Es una forma de presentar las cosas. En este caso, por cierto, apoyada en la mala memoria. Tiene gracia que haya sido la presidenta de Andalucía la autora de semejante reproche (que no digo que no esté justificado), pero que puesto en su boca nos instala en la perplejidad pues hay que recordar que fue precisamente ella en unión de otros barones del PSOE quienes en octubre de 2016 forzaron la dimisión de Pedro Sánchez de la secretaría general del partido. Porque se negaba a apoyar los Presupuestos que presentaba el Gobierno de Mariano Rajoy y porque se decía que tenía intención de pactar con los independentistas. Seguro que de vuelta en el AVE camino de Sevilla le sonaron los oídos con el eco de aquél famoso "No es no" que fue la banda sonora del calvario que le hicieron pasar a Pedro Sánchez.

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