TERCERA DIVISIÓN

La tormenta se cargó el derbi

El colegiado del partido, Iglesia Melón, decretó la suspensión en el descanso de un partido que la lluvia y el granizo ya se detuviera a los 25 minutos

Toda la expectación que había generado el derbi capitalino que enfrentaba a Ourense CF y UD Ourense, por primera vez en un partido oficial, se quedó a medias. La culpa la tuvo una buena tormenta que en la tarde de ayer cayó sobre la ciudad y de la que no se libró el campo de O Couto. Agua suficiente para poner en duda un partido en cualquier campo que drene correctamente, en el ourensano ya no se duda.

La cosa ya no pintaba bien antes del comienzo. Los nubarrones se veían desde las gradas hacía el centro de la ciudad y también mirando para Vistahermosa. Pero iba aguantando. La Tribuna se llenó y hubo que abrir la Preferencia. Mas de dos mil aficionados que al cuarto de hora ya observaron como empezaba a llover. Sobre todo los de las primeras filas que subían grada arriba para resguardarse del agua. Era el preludio de lo que iba a venir. A los 25 minutos llovía como si no hubiera mañana y a mayores empezó a caer granizo. El colegiado dijo que todos a vestuario. Como nunca llovió que no escampara, minutos más tarde todos regresaron a un césped que ya estaba muy encharcado, pero como la ilusión del derbi podía con todo, se empeñaron en seguir.


Segundo intento


Pero cuando no está de quiero la climatología, no hay nada que hacer. Los últimos veinte minutos de la primera parte se jugaron en un terreno de juego muy encharcado que poco ayudaba a ver buen fútbol. A la grada ya le 'habían cortado el royo' y muchos estaban apelotonados en la parte alta de la tribuna y otros empapados como si ellos también estuvieran sobre el verde. 

Las ganas de ver fútbol hicieron pensar que durante el descanso la tormenta cogería otro rumbo, el campo drenaría y dejaría de ser una piscina y todo volvería a la normalidad. No fue así.

Todavía cayó una tromba mayor a la de la primera parte  y pese a que esperaron más de quince minutos, por si acaso, no hubo manera. 

El colegiado vigués Iglesias Melón saltó al terreno de juego con los dos capitanes, Pedro García y Rubén Durán. Entre los tres comprobaron que el estado del terreno de juego estaba impracticable y que la pelota ni rodaba ni botaba. La decisión estaba clara. El partido quedaba suspendido.


No hay para reanudarlo


Tan fácil era la decisión que ninguna de las dos partes la cuestionaron ni por un momento. Fran Justo y Fernando Currás afirmaron minutos más tarde que era lo más correcto y que no tenía ningún sentido haber continuado.

Ahora toca pensar en una nueva fecha. Por el momento, tras una primera conversación entre ambos técnicos y directivos no hay una fecha concreta. Restan cuarenta y cinco minutos por disputar y no habrá mayor problema para ponerse de acuerdo. A ver si esta vez el derbi tan esperado llega a su fin.   

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