Opinión

Guerra o polvareda

La polvareda que ha levantado el posible transbordo a Ciudadanos de Javier Guerra, conselleiro de Economía del primer Gobierno de Feijóo, podría parecer exagerada por un político de limitadas capacidades en el cuerpo a cuerpo electoral, a no ser que  sólo se pretenda pescar los votos de los socios de un club náutico. No es Corina Porro.

Recién nombrado conselleiro, pero con el callo de haber sido concejal en Vigo y diputado en el Congreso, Javier Guerra aceptó participar en un Café de Redacción en el desaparecido 'Xornal de Galicia'. Se presentó el día apalabrado, pero para comunicar que no estaba preparado para una entrevista de esas características y dejó plantados a todos los invitados. "Y tú, ¿cómo te llamas?", preguntó con tono de mosqueo al director, José Luis Gómez, demostrando una notable carencia de olfato político. Sobrevolaba el concurso eólico del bipartito, que se cargó a costa de dejar sin viento al sector, y quedó constatado que la seducción para atraer posturas opuestas no figura entre sus virtudes, como demostraría en cada una de las comparecencias en el Parlamento de Galicia. 

Después Núñez Feijóo prefirió a Elena Muñoz, también con pasado en San Caetano, para disputarle la alcaldía de Vigo a Abel Caballero con un resultado irrelevante. Guerra también se quedó sin el control local del partido por un centenar de votos. Ahora Olga Louzao, portavoz de Ciudadanos en Galicia, confirma que existen los contactos, como con militantes del PSOE entre los que no está Pachi Vázquez. Pero aclaró que fue el propio Guerra el que se ofreció a la dirección nacional. El PP ha salido al corte como si se tratase de uno de sus ideólogos en vez de un militante que no acaban de querer. El temor es a que se expanda el polvo. 

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