CON PRIMA DE RIESGO

La importancia de la educación a la hora de encontrar el trabajo de una vida

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La tasa de paro alcanza el 37% entre los menores españoles de 25 años, de las mayores de Europa

¿Hijo/a que quieres ser de mayor? Es una pregunta muy habitual en comidas y eventos familiares o con amigos. Esta pregunta, antes de la crisis, solía tener una respuesta convencional: médico, abogado, u otras profesiones más o menos nobles y tradicionales. Dichas respuestas eran motivo de alegría y orgullo paternal. Todo esto está cambiando de una forma clara, o así nos indica la Encuesta de Población Activa (EPA). Antes de la crisis, la formación universitaria media o la formación profesional superior no eran motivo de seguridad laboral ni de asegurarse un buen sueldo a final de mes. 

En cambio, todos veíamos en las noticias y en diferentes informes que en la construcción o en la cadena de producción, empleados sin formación disponían de ingresos superiores y buenas condiciones sociolaborales. Como debe ser, no me malinterpreten, pero igual que cierto ministro alemán de finanzas, considero que un país donde un fontanero gana más que un catedrático tiene poco futuro innovador. 

Pero en eso llegó la crisis, que todo ha cambiado, y también ha afectado al mercado laboral. La EPA nos informa que entre 2007 y 2015 creció en casi medio millón de personas la afiliación en trabajos técnicos, científicos e intelectuales. Es decir, los puestos de cualificación media podrían convertirse en una fuente de empleo. La formación profesional es un claro medio de acceso al empleo, unido al empleo universitario de alta cualificación. 

El empleo, aún así, sigue yendo por barrios. La tasa de empleo de los titulados universitarios en España alcanzó el 79,8% en el 2016, cuatro puntos menos que en el 2007 (84,7%), pero un valor medio próximo al conjunto de la OCDE, (cuatro décimas por debajo de la media que registraron los países que componen la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico). 

Este valor está lejos del 93% de la cifra de ocupación de Islandia o de más del 90% de Suecia, pero si superamos valores de países como Grecia (70,4%), y sorprendentemente de la tecnificada Corea del Sur (77,3%), o presentamos valores cercanos a los de la vecina Italia (79,7%) y de la gran América (81,9%). Un inciso: como ven, una vez más la Europa del norte y del sur somos diferentes.

Eso sí, se debe indicar que España y su apuesta por crear una amplia red de universidades ha generado una enorme cantidad de oferta de licenciados universitarios superior a la media del conjunto de Europa. Esta oferta excesiva, como hemos aprendido en estas páginas, debe adaptarse a la demanda y en este caso se produce mediante la aceptación de ofertas de empleos de menor necesidad de capacidad. Por tanto, más trabajadores cubren empleos de menor nivel formativo.


FUTURO PROFESIONAL 


Lo que sí muestra la tendencia es que la formación y capacitación marcan tu futuro profesional. Aquellos sin formación, apenas consiguen empleo y condiciones peores que en periodos anteriores de la crisis. Los datos futuros, según el análisis del centro de estudios del BBVA, hablan en el techo de 2025, de un periodo mejor para el empleo, ya que el inicio de la salida de la población del baby boom debería darle un respiro al mercado laboral y favorecer la entrada al mismo de los más jóvenes. Eso sí, tanto este estudio como otros procedentes de la Comisión Europea o de otros bufetes y centros de investigación afirman lo mismo, los jóvenes sin cualificación lo tendrán más difícil para acceder al mercado laboral.

Las lecciones de esta situación es que tener formación te puede asegurar un empleo pero no un buen empleo. Y sin cualificación son empleos de menor remuneración. Un reciente estudio de Adecco nos indica que la oferta de empleo actual de mayor demanda en sus oficinas son empleos como preparación de pedidos por el boom del comercio electrónico, camarero o camarera de piso, o servicios de dependientes, son algunos de los servicios más demandados en un sector con capacidad de crecimiento como el turismo, o la relación con la explosión del comercio electrónico. Son empleos en los que se requiere un menor nivel de formación. 

En este sentido, la elección de su próxima formación tendrá como fin una especialización formativa. Algunas pistas: el sector servicios y la atención al público tendrán peso en los futuros empleos, donde parece ser que el sector público ira perdiendo por la cada vez mayor dificultad para disponer de presupuesto para contratar. 

Pero si quiere crecer profesionalmente, el futuro está meridianamente en la capacitación profesional de alto nivel: puestos de dirección, técnicos intermedios, o trabajos de investigación e innovación. Lejos de la sustitución por robots y equipos electrónicos. Ya ven, la próxima vez que el niño diga que quiere ser, anímenle a ser gestor de bigdata, científico o personal especialista del mercado industrial.

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