PERSPECTIVAS

Esa indeseable compañera de viaje:la ansiedad en los procesos de selección

Employee sweating in a warm office

Existe una enemiga mutua a entrevistado y entrevistador en los procesos de selección. La ansiedad. Cuando en un proceso selectivo (entrevista, dinámica de grupo, etc.) entra en juego la ansiedad del entrevistado, el proceso se resiente ya el entrevistado no podrá dar una imagen clara de su potencialidad y el entrevistador no podrá sondear adecuadamente las características del candidato y su ajuste al perfil requerido por el cliente.

En el proceso de selección de un puesto de trabajo, la entrevista tiene un papel muy importante, los entrevistadores dan mucha importancia a la conducta del aspirante. Las entrevistas laborales son una fuente de ansiedad. Muchas personas tienen ansiedad anticipatoria ya que van a ser analizados y examinados.  Y la consecuencia si se tiene una ansiedad elevada es que el rendimiento o éxito en la entrevista disminuye.

Es normal ponerse algo nervioso/a. Incluso un nivel moderado puede ser positivo porque activa y aumenta el rendimiento. Pero cuando se supera este nivel se debe intentar reducir. Hoy en día esta ansiedad se manifiesta en dos perfiles mayoritariamente. Por un lado, los recién titulados, por el hecho de tener menos experiencia en el contexto de la entrevista de selección, y por otro lado, las personas que en la coyuntura actual han perdido su trabajo y necesitan encontrar otro con urgencia.

Los recién titulados suelen afrontar su primera entrevista sin mayor ilusión. En concreto, es común entre los universitarios porque corre una cierta impresión, “transmitida” de unos a otros, de que “salimos de la Universidad” sin saber nada de nada. Un joven recién licenciado, tiene muchos valores y aptitudes, una de ellas es la iniciativa y la creatividad, las enormes ganas de aprender y la disponibilidad para casi todo lo que suponga una buena adaptación a la empresa y al grupo humano de trabajo. Estos valores no son baladíes, muy al contrario suponen una inyección de frescura y dinamismo en la empresa, y esto es importante que lo sepa el joven y lo muestre ante una entrevista.

Numerosos pensamientos y preguntas pueden venir al joven candidato que se enfrenta al reto de una entrevista de selección de personal: “¿Seré capaz de mostrar lo que valgo? ¿Qué podré hacer con tanta competitividad como existe? Seguro que se dan cuenta de mis puntos débiles y de mis fallos. ¿Cómo disimularé cuando no sepa contestar algo o cómo improvisaré?. ¿Cómo será, habrá uno o varios entrevistadores?. ¿Me la harán a mí sólo o a varios?. ¿Es mejor mostrarme tal y como soy o mejor me lanzo unos faroles para impresionar a los directivos?. ¿En qué se fijarán en mí?. ¿Cómo causar una buena impresión?. ¿Estaré en el lugar adecuado, valdré para lo que me presento?. ¿Me examinarán de lo que sé o no sé hacer?. ¿Qué tipo de preguntas me harán?, etc.”

Parece obvio que de cómo nos contestemos a cada una de estas preguntas o inquietudes, así como de la visón más o menos positiva que tengamos sobre nosotros mismos, así nos irá la entrevista de selección de personal.

Es cierto que realizar una evaluación psicológica a personas que no lo han solicitado por sí mismas genera tensiones mayores que en otras circunstancias. Y sobre todo si se cree que de ello depende ser aceptado o no para el puesto en cuestión. Generalmente, el desempleado se encuentra en una situación de indefinición total, por lo tanto le resulta casi traumático enfrentarse a sí mismo y al ojo crítico de un evaluador.
La angustia se genera en el imaginario social que le adjudica a este proceso un significado distinto al verdaderamente buscado. No se utiliza para realizar un diagnóstico clínico del postulante, sino que el objetivo del psicotécnico consiste en realizar un diagnóstico de una situación total que involucra tanto al individuo como a la empresa. 

El psicólogo diagnostica a la persona en función al puesto específico que se ofrece. Quien no resulta apto para un puesto determinado en la empresa X puede en cambio ser el postulante ideal para un puesto similar en la empresa Z. Porque el objeto de las entrevistas y evaluaciones que integran el proceso de selección, es buscar por igual el candidato ideal para dicho puesto y la inversa, el puesto ideal para esa persona.

Es habitual que los postulantes traten de averiguar “qué decir” en las pruebas, incluso invierten tiempo leyendo bibliografía sobre las distintas metodologías de evaluación psicotécnica. Cabe aclarar que los datos obtenidos a través de las baterías psicodiagnósticas sólo cobran sentido cuando son analizados en su conjunto y por un psicólogo/evaluador. Aisladamente, los datos no dicen nada. Se trata de un trabajo que implica procesar toda la información teniendo en cuenta las recurrencias y convergencias que van surgiendo del material en su totalidad, esto es, una integración y decodificación de la misma relacionando los datos entre sí.

La ansiedad incrementa las facultades perceptivas ante la necesidad fisiológica o por el temor de perder un bien preciado.

La ansiedad no siempre es patológica o mala: es una emoción común, junto con el miedo, la ira, tristeza o felicidad, y tiene una función relacionada con la supervivencia.

Recuerda que los pensamientos negativos son resultado de la ansiedad y a su vez provocan más ansiedad. Son irreales. Aprender a controlar tu ansiedad ayuda a evitar los pensamientos negativos diciéndote a ti mismo: “Si he llegado hasta la entrevista es que tengo posibilidades”.
Así pues la ansiedad, aunque natural, es una indeseable compañera de viaje en una situación de búsqueda de empleo. Las personas manifiestan síntomas de ansiedad muy variados y el modo de afrontar dicha dificultad varía entre individuos. Cada uno debe basarse en sus experiencias de éxito anteriores en la gestión de su ansiedad y volver a replicar las conductas y/o pensamientos que nos han servido en el pasado.

Aquí tienes unos ejercicios que pueden ayudarte a controlarla.

CONTROL DE RESPIRACIÓN: 

Coloca una mano en el abdomen (debajo del ombligo) e inspira lentamente aire por la nariz, inflando la barriga como si fuera un globo, empujando la mano colocada encima. Ahora aguanta la respiración 5 segundos, Después expira por la boca de forma muy lenta y rítmica.
Repite este ejercicio durante 5 minutos. 

TÉCNICA DE VISUALIZACIÓN:

Esta técnica nos quiere poner en situación, es decir, imaginar que estamos realizando la entrevista y analizar que respuestas daríamos ante las diversas preguntas planteadas por el entrevistador.

DETENCIÓN DEL PENSAMIENTO:

A menudo, cuando aguantamos mucho estrés aparecen pensamientos negativos: “no puedo hacerlo, no sirvo para nada, hay muchos mejores que yo, no estoy preparado/a...”
Estos pensamientos son automáticos, aparecen sin que quieras. Son distorsionados porque sólo hablan de la parte negativa y parciales porque solo recogen parte de la realidad. Asimismo, son inútiles, porque no ayudan a solucionar los problemas, provocando nerviosismo y malestar psicológico

Para combatir estos pensamientos negativos debes despertar tu mente… En el primer momento que aparezca el pensamiento negativo, deja que tu mente grite mentalmente: ¡FUERA! ¡BASTA!. Inmediatamente después, deja pasar el pensamiento de largo, como si fuese un tren que no se para en la estación que esperas.

Cada vez que hagas “callar” a los pensamientos negativos puedes premiarte con frases como: “Soy capaz de conseguirlo”.

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