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IoT: una nueva piel para el mundo

Man touching IoT (internet of things) text on display

A nadie se le escapa una evidencia científica, que la piel es el órgano vital más grande del cuerpo humano. Todos somos conscientes también de que nuestra epidermis es una enorme antena de captación de todo tipo de señales, como por ejemplo la temperatura, la presión o el tacto. La piel es para el ser humano su primera línea de defensa a la hora de captar y prevenir eventos que pueden ser beneficiosos para el individuo y otros que pueden ser letales

.El Internet de las Cosas, más comúnmente conocido como IoT (acrónimo anglosajón de Internet of Things) no representa más que una manera de medir, recoger y enviar millones de estos sensores a un lugar donde previamente puedan ser tratados y luego utilizados en beneficio de la humanidad. 

Escribo este artículo desde un foro muy adecuado, me encuentro en el IoT Solutions World Congress de Barcelona, un salón monográfico orientado exclusivamente al mundo del Internet de las Cosas. 

LAS NUEVAS OPORTUNIDADES DEL IOT

Refiriéndonos al IoT, el mundo de la sensorización y el envío de datos se encuentra en plena catarsis de desarrollo. Asimismo he de decir que aparte de que nos va a dar una nueva dimensión sobre la realidad, este mundo del IoT supondrá en los próximos años una enorme oportunidad para hacer negocios tanto en las áreas de hardware como de software, y también en la conectividad. 

En el área de hardware, la clave seguramente se encontrará en la capacidad de sensorizar todo lo inimaginable, aquello que sea susceptible de ser sensorizado seguro que lo será. 

En materia de software, podríamos estar hablando de todo lo relacionado con la capacidad de monitorizar todos esos datos que  genera el IoT para después analizarlos mediante algoritmos para el beneficio de las personas o las empresas.

Los nuevos sistemas de comunicación como NBIoT o los LPWAN  ya permiten que lo que antes solo podía ser monitorizado en el ambiente industrial ahora pueda hacerse a todo lo largo y ancho de nuestro planeta. 

DESDE LA SALUD A LA GESTIÓN DE FLOTAS

Es posible monitorizar y saber lo que está pasando con activos muy dispares. Por ejemplo, conocer en todo momento los parámetros vitales de una persona: su presión arterial, su nivel de glucosa, su ritmo cardíaco, entre otros muchos datos. Es lo que se conoce por eHealth.

En el medio rural se podrá conocer en tiempo real el estado de nuestra explotación y cómo le afectan las condiciones climáticas, la humedad de la tierra, la temperatura o las plagas. Mientras, en el mundo de la gestión de flotas de vehículos se puede conocer también en tiempo real la posición de los vehículos, el estado del motor, los tiempos de conducción, el robo de combustible y de mercancía, o establecer alertas de avería.

Una verdadera revolución que también permitirá el control de objetos como pallets, motosierras, bombas de agua, grupos electrógenos, taladros, compresores, mesas y sillas, carros de compra, barriles de cerveza, maletas, inseminación animal, camillas, sillas de ruedas, extintores, cubos de basura... Todo lo que podamos imaginar.

La interacción entre el IoT y el Big Data es absoluta, ya que ese tsunami de información ha de ser almacenado, ordenado y preparado para que nuestra gran y esperanzadora amiga, la inteligencia artificial, lo procese y valore, y las personas le demos la mejor utilidad posible. 

Pronto nuestro mundo será muy diferente y seguro que mucho mejor. En el caso del Internet de las cosas revolucionará nuestras vidas. La tecnología tiene como misión mejorar la calidad de vida de las personas y para mejorarla necesitamos percibir todo lo que nos rodea en tiempo real. Eso es el IoT: una nueva piel para el mundo. 

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