INVESTIGACIÓN

El jefe del policía muerto no detectó que estuviera inquieto

photo_camera Los policías investigados, cuando fueron conducidos al juzgado.

El secretario general tuvo que explicar a la jueza el contenido de la larga reunión celebrada un día antes

En la Comisaría de As Lagoas nadie reconoce haber presionado a Celso Blanco para delatar a los gemelos, el agente cuya muerte violenta el 9 de abril de 2016 se investiga en Instrucción 3. La jueza que abrió diligencias por homicidio/asesinato, en las que están imputados los hermanos Roi y Bernardo D.L., interrogó al secretario general, Juan Manuel S.R.en calidad de testigo por dos razones fundamentales: fue el primero en llegar a la escena del crimen junto a otro agente muy amigo de la víctima y fue el mando que se entrevistó con Blanco durante más de una hora un día antes de su muerte.

Unn anónimo remitido a la magistrada a través de los juzgados de Santiago de Compostela en diciembre de 2016 aseguraba que el secretario general coaccionó a Celso Blanco para que informase sobre todo aquello que sabía acerca de la desaparición de las armas. Ya entonces los nombres de los gemelos circulaban en muchos corrillos y Bernardo D.L. había sido jefe de Blanco. Según el comunicante, esa reunión fue extensa y ocurrió justo un día antes del trágico desenlace.

Y así fue pero, según Juan Manuel S.R., no mentaron las armas ni los anónimos, aunque reconoce que "eran temas que estaban ahí latentes". El secretario general reconoció que "la conversación fue un poco larga" -Celso Blanco antes se había reunido con el comisario- pero que "no hubo ningún tipo de alteración". Según su versión, no detectó "ninguna preocupación en Celso".

Pero entonces ¿de qué hablaron durante tanto tiempo? Según la versión de Juan Manuel S.R. conversaron largo y tendido de las actividades de la asociación Auriens, presidida por el fallecido; del funcionamiento en general de la oficina de prensa (donde trabajaba él), matizando que incluso le expuso "ideas nuevas".

Asimismo, este superior, el segundo del organigrama de la Comisaría de As Lagoas, confirmó a la magistrada que fue el primero en llegar el despacho de la quinta planta en donde falleció Blanco. A las 21,20 horas del 9 de abril de 2016 recibió una llamada de un policía muy amigo del fallecido alertándolo de un correo electrónico que había recibido con contenido inquietante (Celso pedía perdón y se responsabilizaba del robo de armas y los anónimos). Tras comprobar que procedía del despacho de prensa en la quinta planta, acudió a la Comisaría. Junto al agente José Antonio R.S., un policía a quien la víctima le envió un mensaje desde la aplicación de WhatsApp, subieron a la oficina de Blanco, en donde lo encontraron muerto. Este mando policial niega haber tocado nada y tampoco vio al otro agente hacerlo. Tan siquiera se acercó al cadáver porque ya se percató, tras una comprobación visual, de que había fallecido porque "la sangre -dijo- estaba muy coagulada". 

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