ANIMALES

De Jerez a Valdeorras para acoger a "Piluco, el perro abandonado en Rubiá

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photo_camera María José Pérez, con su nueva mascota, Piluco, en tierras andaluzas.

Una andaluza viajó 1.614 kilómetros, ida y vuelta entre Jerez y O Barco, para recoger a "Piluco". Este perro anciano y enfermo fue arrojado en una caja por su dueño al recinto de la protectora Peludines Callejeros, en Rubiá.

El amo de "Piluco" no tuvo reparos en introducirlo en una caja y arrojarlo por encima de la valla que cierra el recinto que Peludines Callejeros de Valdeorras posee en Rubiá. Ya es un anciano, tiene unos 15 años, y está enfermo. También sufre de sordera, no ve por un ojo y percibe mal por el otro. Además, sufre problemas de columna. Estos solo son algunos de los males que tiene el perrito que recogió en agosto la protectora que llevan Jorge Yáñez y Eva Kumalo.

Los problemas de salud y la edad hacían pensar que "Piluco" ya no saldría de las instalaciones de Peludines. No fue así. En vísperas de Navidad, al perrito le surgieron dos ángeles andaluces, el matrimonio formado por María José Pérez y Juan Pedro Díaz. Fue ella quien conoció la delicada situación en que se encontraba el animal cuando navegaba por Internet. "Vi un vídeo y me dio mucha pena. Me gustan los animales viejecitos. A ellos no los quiere nadie", explicó.

María José Pérez contactó inmediatamente con Peludines Callejeros. Primero, envió un correo electrónico para anunciar su interés por el animal y acogerlo para siempre. Seguidamente, y en previsión de los recelos generados por su extraordinaria petición, habló por teléfono con Jorge Yáñez.

El entendimiento fue total desde el primer momento. Los responsables de la asociación asintieron a la petición, aunque pronto les surgió un fuerte inconveniente: el perro no puede ser llevado en transportín. Los males que sufre "Piluco" solo permiten que viaje en el asiento trasero y realizando paradas cada dos horas. 

Había que iniciar la difícil búsqueda de un transporte especial hasta Jerez. Con toda seguridad llevaría semanas encontrar alguno, si llegaba a aparecer. No fue necesario. La solidaria jerezana no se lo pensó dos veces. Tras consultar con su marido y conseguir que una amiga la acompañase, inició un viaje que la llevaría desde la ciudad andaluza hasta la villa barquense, 807 kilómetros solo de ida. Lo decidió porque temió lo peor para "Piluco". Las bajas temperaturas son fatales para los padecimientos de huesos. "No me lo pensé, pues sabía como estaba de los huesos y conozco el frío de Galicia".

El miércoles pasado se presentó en O Barco y aquí permaneció hasta el día siguiente para poder llevarse al perro, pues en la villa no hay ningún establecimiento hostelero que permita pernoctar con mascotas, carencia que debería ser subsanada. En todo caso, la espera no fue demasiado larga y al día siguiente, el can emprendió viaje hacia las cálidas tierras del sur.

María José Pérez hizo realidad su deseo gracias al apoyo total de su marido. Juan Pedro Díaz es veterinario, una profesión que hace más llevaderas las cargas económicas que soporta atender los 12 animales -incluido "Piluco"- que en estos momentos corretean por su casa. Tres de ellos son "viejecitos", explicó su mujer. "Es superagradecido, muy bueno. Al comer, dormir y dar sus paseítos es feliz", dijo María José del cánido, quien agradeció la labor desinteresada de Peludines Callejeros.

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