Opinión

Josefina Pato Lorenzo

Anas platyrhynchos domesticus, el pato doméstico, es un ave acuática de la subespecie anseriforme, perteneciente a la familia Anatidae. Esta simpática ave de corral se encuentra esparcida por todas las partes del mundo, es muy carismática y agradable. Una de las características que la hacen diferente a otras especies es su sencillez y, tal cual como su nombre  indica, son aves de hermoso plumaje, tranquilas y muy silenciosas, de temperamento amable, razón por la cual han sido parte de grandes relatos dentro de la cultura popular. De hecho, grandes pintores han seleccionado esta ave para plasmarla en sus grandes obras, formando parte importante en muchas y respetadas historias infantiles, donde vemos patos millonarios como Rico Mac Pato; patos traviesos y adolescentes como Hugo, Paco y Luis; gruñones como Pato Donald, o el famoso Pato Lucas.

Josefina Pato –ex coordinadora del ciclo del programa de mayores, del Campus de Ourense- además de coincidir su apellido, tiene paralelismos con el ave de nuestro cuento de hoy. Es carismática, agradable, sencilla, tranquila, silenciosa y sobre todo de temperamento amable y muy servicial.

Durante unos cuantos años, sobre Josefina Pato ha recaído la hermosa pero difícil tarea de coordinar el ciclo del programa de mayores del Campus de Ourense. Hermosa, porque creo que es una de las mejores iniciativas que en los últimos años han surgido de las universidades españolas y a la que personas como Josefina Pato y los entrañables profesores designados han contribuido con un gran esfuerzo y entusiasmo para que los mayores viviésemos un nuevo horizonte cultural, sobre todos aquellos a los que de jóvenes no nos fue posible hacerlo. Pero para Josefina Pato este cometido nunca ha estado exento de dificultades y algún que otro disgustillo, que ella como la “Mamá Pata” de una pequeña colonia de bulliciosos polluelos, ha sabido apaciguar y reconducir en numerosas ocasiones.

El comportamiento o carácter de los humanos siempre va paralelo a las diversas etapas de su edad y su vida y haciendo bueno aquello de “un viejo, dos veces niño”, mis inolvidables compañeros de curso y yo en los siete años que duró aquella gran experiencia hicimos y fuimos de todo, rebeldes, curiosos, contestatarios, críticos, alegres, bromistas y, por supuesto, dimos rienda suelta a nuestras emociones, algo que a veces y cuando uno cree que ya viene de vuelta, suele generar tensiones y alguna que otra rabieta de corte "seni-infantil".

A Josefina Pato, que tiene su carácter, también hay que entenderla. Es muy responsable y oficialista, tierna y exigente, coloquial y diplomática, entregada a dos causas, la universidad y sus tres hijos, Raquel, Santy y María. Por esas dos causas, Josefina Pato lo dio todo y cuando nos impartía  Geografía Humana, me recordaba  a Eugene Simonet en "Pay It Forward" (Cadena de favores), cuando el profesor les explicaba a los alumnos qué es lo que iban a hacer todo el año y les exponía la tarea principal: “Dar una idea para cambiar al mundo y ponerla en práctica”. 

Josefina Pato es muy paternalista, le gusta controlarlo todo, le cuesta delegar por aquello de “por si las moscas”. Siempre cierra sus frases con una sonrisa abierta y franca y la palabra “verdad”. 

En la actualidad, tengo entendido que también imparte clases de la UNED Sénior. A veces siento nostalgia y hecho de menos aquellos amigos, profesores y por supuesto a la omnipresente "Mamá Pato". Creo que sus alumnos seguirán disfrutando de la dedicación y entrega de una gran persona e infatigable docente a la que espero y deseo que sus actuales discípulos no la hagan rabiar tanto como lo hicimos nosotros. Un bico, ¡Josefina Pato! 

Te puede interesar