INVESTIGACIÓN

El juez reabre la causa por el robo de armas de la comisaría

Comisaría de Ourense.
photo_camera La armas robadas estaban en el armero de la comisaría.

Incorporó a la causa un informe de UDEV que inculpa a los gemelos y al agente fallecido en 2016

El titular de Instrucción 1, Leonardo Álvarez, acaba de firmar una resolución que reabre el caso del robo de seis armas de la Comisaría de As Lagoas -tres en agosto de 2014 y otras tantas en febrero de 2015- como consecuencia del informe de la Unidad de Delincuencia Especializada y Violenta (UDEV) de Ourense de 137 folios que le remitió la magistrada de Instrucción 3, Eva Armesto, a instancias de la fiscalía, y que hasta ahora estaba incorporado al sumario por el presunto homicidio del agente Celso Blanco en abril de 2016. El juez, además, acuerda una serie de diligencias entre las que no ha trascendido, por ahora, la citación de ningún investigado.

En ese informe policial, UDEV concluye que los gemelos Bernardo y Roy D.L. (encartados en el homicidio) así como Celso Blanco actuaron como "grupo criminal". Detalla una serie de actuaciones, convenientemente planificadas, según su criterio, con un objetivo:"Utilizar el robo de las seis armas para lucrarse personalmente", perjudicando a una serie de compañeros. En el caso de Bernardo y Roi D.L., el beneficio radicaba en una vendetta para perjudicar a aquellos que les hacían sombra y a sus superiores -la Policía Judicial detecta odio y rencor-, la aspiración de Celso Blanco era otra: "Ansiaba la plaza del instructor de tiro, a la vez encargado del armero (Araújo)".

El informe defendido desde la Comisaría ourensana mantiene que "Roi, Bernardo y Celso, actuando en grupo, decidieron de mutuo acuerdo crear los anónimos, logrando engañar a Asuntos Internos, al ministerio fiscal y a la autoridad judicial que entendía del asunto (el magistrado de la operación Zamburiña, Leonardo Álvarez), utilizando de forma fraudulenta las claves de policías "a los que querían perjudicar", a la vez que "sustrajeron seis armas del búnker de la comisaría, acusando falsa y directamente a dos agentes", en alusión al exjefe de drogas, Antonio R.F., y al armero, Ernesto A.V. Este último incluso declaró en calidad de investigado por el robo.

El letrado Neil González, que defiende a los gemelos, asegura que la reapertura del caso de las armas no complica a sus clientes. Para González el informe en sí es cuestionable porque "es parcial con valoraciones subjetivas, impropias de un atestado, ya en el tercer folio". Pero entiende que el documento implica solo Blanco porque "quería perjudicar al armero". En cuanto a los indicios,"el único real es que hay ADN de Celso en una llave que da acceso al búnker y que estaba en un cajetín de acceso muy restringido, lo que significa que tocó esa llave y, por tanto, entró en el búnker sin que hubiera nadie". Y recuerda que también "tuvo la otra llave de acceso a la primera estancia como consecuencia de que trabajaba en ocasiones con el armero". Celso -añade- "es el único que se vería favorecido en caso de la destitución del armero, de quien tenía una opinión pésima, porque es al único al que interesaba su puesto".

Este abogado recuerda, asimismo, que en el correo electrónico que envió antes de morir asume su responsabilidad en la sustracción . En el despacho donde fue hallado su cadáver, estaban tres de las seis armas robadas.

Por su parte, el abogado personado como acusación particular en la causa por el homicidio de Blanco ha mantenido hasta ahora que la víctima era instructor de tiro y tenía acceso regular al armero, descartando cualquier enemistad con el responsable de esa dependencia. 

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