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El Obispado de Ourense suspende a un cura acusado de acosar a un menor

Seixalvo (Ourense). 08/03/2019. Iglesia de la parroquia de San Breixo en Seixalvo.
Foto: Xesús Fariñas
photo_camera El investigado ejercía en la parroquia San Breixo de Seixalbo (XESÚS FARIÑAS).

El párroco de Seixalbo, de 77 años, está investigado por el envío de mensajes con contenido sexual

El hasta ahora párroco de Seixalbo, Manuel V.D. (77 años), quien acaba de ser suspendido cautelarmente de sus funciones en el ejercicio público del ministerio sacerdotal por el Obispado, ha sido denunciado por un presunto acoso a un menor de 15 años que ejercía como monaguillo en la parroquia de San Breixo. Aunque no fue detenido por estos hechos, tras la investigación policial realizada por la Unidad de Familia y Mujer (UFAM) de la Comisaría de Ourense, en los próximos días será interrogado por el titular del Juzgado de Instrucción 1, que se hizo cargo de las diligencias previas por un supuesto acoso ilegítimo, también conocido como acecho o "stalking", dentro de los delitos contra la libertad. En este caso, según la versión del adolescente, el sacerdote le enviaba numerosos mensajes de contenido sexual a través de la aplicación WhatsApp, en alguna ocasión hasta varias veces al día.

La voz de alarma sobre este grave hostigamiento partió del centro en donde está escolarizada la víctima, la Universidad Laboral de la ciudad. La profesora de apoyo del menor fue la primera en detectar problemas de estrés en el joven, quien finalmente acabó por confesar ante la comunidad educativa: se sentía intimidado por Manuel V.D. debido a sus múltiples preguntas de contenido sexual.

La víctima del acoso relató también que el sacerdote le ofrecía más dinero en sus gratificaciones como monaguillo: en una ocasión, mientras a los demás jóvenes les entregó 5 euros, a él le dio 50. Según fuentes cercanas al caso, estaba intentado aproximarse al menor de forma subrepticia.

El Obispado de Ourense intervino nada más tener conocimiento del caso. Monseñor Leonardo Lemos Montanet se puso en contacto con el sacerdote y, después de manifestarle la gravedad de la situación, y de acuerdo con los protocolos vigentes de la Santa Sede y de la Conferencia Episcopal Española, le suspendió cautelarmente del ejercicio público del ministerio sacerdotal, indicándole que cesase toda tarea pastoral mientras la investigación prosigue su curso. Además, simultáneamente, por decreto episcopal, dio comienzo el proceso canónico de investigación preliminar: un instructor experto en Derecho Canónico recaba pruebas que pasan al obispo, que emite un juicio de valor que después envía a la Santa Sede, la encargada de sancionar. La penalización más grave pasa porque el afectado pase a ser un seglar. 


La Diócesis lamenta “el daño causado a la familia"


El Obispado de Ourense emitió este viernes por la tarde un comunicado  en el que dice lamentar "con profundo dolor" el daño causado a la víctima y a su familia. "Desde este momento nos ponemos a su disposición para prestarle el apoyo y la ayuda necesaria", asegura. Y se hace eco de "la preocupación y desconcierto" que pueda generar este denuncia en los lugares en los que el sacerdote ejercía su labor pastoral (también ejercía como capellán en el CHUO).

En el comunicado se habla de tolerancia cero con este tipo de comportamientos: "El obispo y todas las personas que trabajan en los distintos ámbitos de la pastoral diocesana manifestamos nuestra firme condena y repulsa de cualquier tipo de comportamiento que atente contra la integridad física y moral de los menores y de las personas vulnerables, promoviendo la tolerancia cero con este tipo de actuaciones". En consonancia con las indicaciones de la Santa Sede, "la Diócesis se compromete a seguir impulsando las medidas necesarias de prevención y actuación para que la actividad pastoral no se vea afectada por comportamientos que la dañan gravemente".

Y también recuerda, no obstante, que al denunciado le asiste el derecho constitucional a la presunción de inocencia. 


La Diócesis de Ourense recibió la noticia de que un presbítero de edad avanzada, con cargo pastoral, está en proceso de investigación en relación a un presunto caso de acoso a un menor a través de redes sociales.

Inmediatamente, el Sr. Obispo se puso en contacto con el sacerdote y, después de manifestarle la gravedad de la situación, de acuerdo con los Protocolos vigentes de la Santa Sede y de la Conferencia Episcopal Española, le suspendió cautelarmente del ejercicio público del ministerio sacerdotal, indicándole que cesase toda tarea pastoral mientras la investigación prosigue su curso. Además, simultáneamente, por decreto episcopal, da comienzo el proceso canónico de investigación preliminar.

Desde el primer momento, y dentro del respeto al derecho constitucional a la presunción de inocencia que asiste al sacerdote, manifestamos nuestra total colaboración con la Administración de Justicia. También, con profundo dolor, lamentamos el posible daño causado a la víctima y a su familia, y desde este momento nos ponemos a su disposición para prestarle el apoyo y la ayuda necesaria.

Nos sentimos también cercanos a las comunidades y lugares en los que el sacerdote ejercía su labor pastoral por el desconcierto y preocupación que se pueda generar. La suplencia del servicio ministerial y pastoral será coordinada desde la Diócesis de Ourense.


 

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