PAPELES DEL ROCK

El legado de una historia irrepetible

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photo_camera Los Rolling en uno de sus conciertos.

En su historia no solo han dejado generaciones enteras de fans, sino también bandas de referencia en el rock mundial

Desde hace muchos años, siempre que firmo un artículo, una crónica, una crítica de disco, cualquier clase de colaboración periodística, entrada en mi blog o lo que fuere relacionada con los la banda creada en 1961 por los dos antiguos compañeros de colegio de la localidad de Dartford, siempre, a modo de firma, termino con la frase “los Stones, siempre los Stones”. 

En medio de toda la vorágine que supone trabajar en este enloquecido, estresante, en ocasiones surrealista, pero siempre a pesar de los pesares maravilloso y adictivo mundo que es el periodismo musical -máxime si uno se mueve en el ámbito del rock- dentro de la carrera constante por la noticia, la primicia, el tweet, el “like” de Facebook y otros muchos etcéteras, a veces sucede eso tan habitual de que los árboles no te dejen ver el bosque. O dicho de otra forma; acostumbrados a seguir la noticia, la crónica, acostumbrados a vivir el día a día de los grandes del rock, en ocasiones perdemos la perspectiva real de la dimensión histórica que estos artistas poseen, y no son pocas las ocasiones en las que necesitamos, saliendo de nuestra mesa de trabajo y del estudio de radio, bajar a la arena, a la realidad y ver, desde fuera de nuestra burbuja profesional, la realidad de lo que significan esos grandes nombres de la historia del rock que siguen congregando miles y miles de seguidores capaces de viajar por todo el mundo, desde los países más lejanos, para disfrutar de hora y media o dos horas de concierto de esos músicos que de una u otra forma, dan sentido a sus vidas. 

Esta es una experiencia que acabo de vivir personalmente tras volver, después de algunos años, al Sweden Rock Festival, en donde puedo asegurar a todos ustedes que he vivido momentos verdaderamente emocionantes al ver, por ejemplo, en un concierto de Yes o de Judas Priest, a miles de fans venidos desde el otro lado del Atlántico, en una suerte de éxtasis colectivo, no disfrutando, sino casi levitando de felicidad, al reconocer los riffs de guitarra de las grandes canciones que han escrito la historia, o si se quiere también, la leyenda de esas inmensas bandas. 

En otro contexto, eso es lo que sucede con los Rolling Stones, y no hablo tanto a nivel de fans -que también- sino a nivel de músicos. En estos días y hasta el mes de julio, Europa esta viviendo la apoteosis del segundo tramo de la gira 'No Filter' de los Rolling Stones, de la que me hice eco con motivo del primer concierto de ese tour en Dublin. Desde entonces, cada nuevo show de la banda, si se ha de creer lo que se dice en los comentarios de prensa, incluso los de los más escépticos, refuerza el hecho incontestable de que los Stones, los que lo inventaron todo, absolutamente todo en el rock´n´roll, siguen poniendo el listón a todos los demás y desafiando a la edad, al tiempo, a todo lo que se les pueda poner enfrente, son capaces de ser la banda de rock´n´roll más enérgica, potente y vibrante no solo de la historia, sino del momento actual. 

Cerca de 60 años de historia no solo han dejado generaciones enteras de fans que siguen, como quien suscribe estas líneas, viajando kilómetros y kilómetros en cada nueva gira y esperando interminables horas en las puertas de cada estadio en el que tocan desde la madrugada anterior para poder verlos lo más cerca posible, sino que su huella musical ha sido la semilla que nos ha dejado unos frutos en el mundo del rock que hoy por hoy, en cierta manera, han recogido ese legado y han sido, son, y seguirán siendo, bandas de referencia en el liderazgo del rock mundial. 

Baste con referirse a declaraciones textuales de muchos músicos cuyo pedigree nadie ignora en la jungla del rock´n´roll. Steven Tyler, cantante de Aerosmith: “Llegó un momento en mi aprendizaje como cantante y músico en el que obviamente, quise reafirmar mi personalidad, mostrarme tal y como soy y no ser el sosias de nadie. Pero hay algo en lo que los críticos tenían razón; durante muchos años, y esto nunca lo voy a negar, yo quería ser Mick Jagger. El Mick Jagger americano, si quieres. 

Los Stones fueron la banda con la que me decidí a ser cantante, la que me envenenó con el rock´n´roll. Todo lo que soy, en cierta medida, se lo debo a los Stones”. Slash, guitarrista de Guns N'Roses: “Yo siempre fui más de Aerosmith que de los Stones, debo reconocerlo, pero cuando en septiembre de 1989 Guns N'Roses fuimos contratados para telonear a los Stones en su gira de aquel año por los USA, al verles en vivo de cerca, al verles en el backstage, al vivir en cierta manera a su lado los pocos conciertos que hicimos con ellos, me di cuenta de que todo lo que yo era, era fruto de los Stones. Mucho más que de Aerosmith”. 

Esa influencia en España, si bien se hizo patente ya en la década de los 70 en grupos como Tequila o Burning, en los últimos años se ha evidenciado con el surgimiento de los grupos tributo, que más allá de la controversia a favor o en contra en la que yo en este artículo personalmente no quiero entrar, sí quiero manifestar claramente que por lo menos  en el caso de los grupos tributo a los Rolling Stones, nos ha dejado bandas de músicos sumamente profesionales, gente que demuestra cada vez que se sube a un escenario su amor, su reconocimiento y su adn puramente stoniano, que destaca enormemente por encima de muchos de los grupos tributo en ocasiones meramente oportunistas y con poca o ninguna formación musical .  Por encima de todos, como pioneros, como modelo y como banda de la que puedo decir que han marcado el camino a todas las demás, los barceloneses Smoking Stones. Un grupo que siempre, con independencia de la formación que hayan tenido, han hecho shows en los que han recreado el espíritu Stone con una fidelidad y una autenticidad realmente impresionantes y que a los seguidores del grupo más exigentes -entre los que me cuento- siempre nos han convencido. No olviden ustedes este nombre y no se los pierdan la próxima vez que aterricen por Galicia. 

Y la estela de los stonianos fumadores ha dejado excelentes seguidores. Por un lado, los ya habituales de los escenarios gallegos Sugar Stones, banda madrileña que es capaz de crear en sus conciertos una atmósfera stone sensacional, y que son de hecho, la auténtica revelación de los tributos stonianos de la generación posterior a la de los Smoking Stones al lado de otra formación en la que no quiero dejar de poner el acento: Rayo Stoned. Otro grupo ubicado en Madrid, pero cuyo radio de acción no deja de crecer, y que en el mismo caso de los Smoking Stones, al igual que en los catalanes Sergio Ortiz se muestra como un Jagger/lider excepcional, en los Rayo Stoned, el carisma de su “Jagger” en este caso el guitarrista, cantante y compositor Guillermo Rayo aporta una personalidad y un plus de espectacularidad a sus shows verdaderamente fabulosos. 

El rock sigue, la ceremonia sigue y Europa, al margen de la fiesta futbolística de Rusia, vive el terremoto del segundo tramo del 'No Filter Tour' de los Rolling Stones, agotando entradas pasen por donde pasen, llenando estadios en esa Gran Bretaña que en tantas ocasiones les es hostil – 40 años después, parece que hay quien aún no les perdona que se convirtieran en exiliados fiscales por culpa de la mala gestión del gangster Allen Klein- y en donde parece siempre que tienen que demostrar algo más. Han vuelto a hacerlo. 

Y volverán a hacerlo, tanto en Manchester, Londres, Edimburgo o Cardiff, como en un futuro no muy lejano, ya que Keith Richards ha declarado que, si la salud lo permite, no ve un motivo para que en 2022 no haya una gira de 60 aniversario.

Músicos herederos de su legado, generaciones enteras que los aclaman, un continente entero paralizado esperando sus nuevos movimientos... solo ellos pueden provocar algo así. 

Los Stones, siempre los Stones...

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