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"Los perros": un retrato de los posos de la dictadura de Pinochet en la sociedad chilena actual

La directora Marcela Said y la actriz Antonia Zegers dieron vida a Mariana, la mujer de clase alta que protagoniza esta película, en la que se enamora de un excoronel relacionado con crímenes contra los Derechos Humanos 

De la unión profesional entre la directora Marcela Said y la actriz Antonia Zegers nació Mariana, el personaje principal sobre el que gira la película "Los Perros", un retrato de la complicidad de la sociedad chilena con la dictadura de Agusto Pinochet (1973-1990) desde la perspectiva de una mujer.

"Cuando comencé a escribir la obra tenía en mente hacer algo político, pero luego me di cuenta de que lo que había creado era una historia sobre patriarcado, sobre machismo, sobre el mundo en el que crecimos Antonia y yo", explicó Said en una entrevista conjunta con Zegers.

"Los Perros", que se estrena próximamente, cuenta una historia del Chile actual, en la que una mujer burguesa se enamora de su profesor de equitación, quien resulta ser un excoronel del Ejército relacionado con crímenes contra los Derechos Humanos durante la dictadura militar de Pinochet.

En un principio, cuenta la directora, la película debía versar exclusivamente sobre esta "injusticia" histórica que ha vivido la sociedad chilena, pero el enfoque cambió radicalmente cuando ella y Zegers comenzaron a dar vida al personaje principal.

Antes de exponerse ante el gran público, la obra ha recorrido varios festivales internacionales, donde ha cosechado numerosos éxitos, como lo demuestra el galardón de mejor actriz en el Festival de Estocolmo.

Zegers, quien da vida a Mariana en la pantalla, indica que durante el rodaje, tanto ella como Said, priorizaron contar una historia donde "lo cotidiano" tuviese un peso fundamental, a través de las "pequeñas historias" de la gente común, donde se entremezclan "pulsiones amorosas, vínculos familiares y ficciones sociales".

Las artistas beben del concepto "intrahistoria", acuñado por Miguel de Unamuno, que hace referencia a la vida tradicional que sirve de "decorado" a la historia más visible, la que ocurre "entre bambalinas" y no ha dejado su huella en los libros de texto.

Por ello, ambas decidieron abandonar la idea del "héroe hollywoodense" para ir más allá y tratar de retratar "la condición humana", dice Zegers.

Una meta "sumamente compleja", continúa Said, porque conlleva escribir sobre "el inconsciente, sobre lo que uno tiene adentro", para crear a una mujer que "no es lo suficientemente fuerte, pero tampoco es frágil".

La directora cuenta que tuvo claro desde el principio que Mariana "no iba a ser capaz de cambiar nada", porque padece el mismo mal que la sociedad chilena: "la cobardía".

"Ella es una mujer burguesa acomodada, pero sufre las consecuencias de la dictadura, que dejó el miedo instaurado. Un fantasma que aún sigue vivo y que se puede ver cada vez que alguien saca el tema de Pinochet en un asado familiar. Nadie quiere hablar de ello, porque solo va a generar conflicto" expone Said.

Durante la dictadura de Augusto Pinochet, según datos oficiales, unos 3.200 chilenos murieron a manos de agentes del Estado, de los que 1.192 figuran aún como detenidos desaparecidos y otros 33.000 fueron encarcelados y torturados por razones políticas.

Además, continúa, la película sirve para ilustrar que "todos los regímenes militares están dirigidos por hombres", lo que demuestra que "existe una estructura patriarcal desde hace siglos", razón por la cual las mujeres deben "tomar conciencia de sí mismas".

Y es justamente ahí donde radica la mayor apuesta del film, que busca transmitir un mensaje feminista desde un enfoque puramente realista, influencia del estilo documental con el que Said ha alcanzado notoriedad internacional, donde no caben las simplificaciones y se muestra lo ambiguo de la existencia humana.

Con esta nueva obra, Said confirma su compromiso con el cine político de ficción, frente al enfoque documental que tuvo en otros títulos como " I Love Pinochet", "Opus Dei: una cruzada silenciosa" y "El Mocito", con los que buscaba "hacer reflexionar a la gente" a través de "filmar al enemigo", una tarea que según ella la desgastó.

Es por esto que la directora confirma que va a seguir en esta línea, creando sus propias historias, para lo cual está escribiendo otro guión junto con Zegers, con el que esperan poder empezar a filmar en marzo de 2019.

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