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Manual urgente del buen marinero

Las llaman embarcaciones de recreo y ahí empiezan los problemas. Que los veraneantes se suben a pasar un buen rato sabiéndose de memoria el Principio de Arquímedes pero sin tener ni idea del Final de Arquímedes: “todo cuerpo que flota en un fluido puede dejar de hacerlo en cualquier momento”. El griego sabía bien que la teoría de flotación de cuerpos funciona mejor cuando los cuerpos están en tierra. No en vano, los historiadores dicen que Arquímedes, en la defensa de Siracusa, ingenió un sistema de espejos ustorios para reflejar la luz del sol concentrada contra barcos enemigos, con la intención de que comenzaran a arder. Pero eso es más o menos como intentar matar llevando la bala con la mano hasta el enemigo.

Este ingenio del griego no fue un éxito pero, en lo que nos interesa, arroja luz sobre las verdaderas intenciones de Arquímedes y el asunto de mantener los barcos a flote.
Es importante dominar la jerga marinera, pero eso no flota por sí solo. Teóricos sostienen que al grito de “¡cornamusa!”, ¡obencadura!”, o “¡cuello de ganso!”, las aguas se detienen y los barcos se lanzan a navegar ordenadamente con asombrosa precisión. Aprecio, sin embargo, que estos gritos deben hacerse en altamar, en lo posible. La última vez que grité a mi velero en el pantalán del náutico “¡cuello de ganso!”, el del barco de al lado me partió un remo en la cabeza al grito de “¡y tu un idiota!”.

FORMA DE NAVEGAR
Los seguidores de Perales tienen cierta ventaja para pilotar barcos de vela porque están familiarizados con el terreno. También quienes se criaron cantando eso del ‘barquito chiquitito’ cuentan ya con las nociones esenciales sobre supervivencia en el mar. Sea como sea, todo principiante debe saber que la forma más segura de navegar es viento en popa. En concreto, viento en popa a toda vela, porque de esta manera, no corta el mar, sino vuela, un velero bergantín.
Navegar viento en popa se llama navegar empopado, mientras que navegar con el viento en contra en un día de lluvia se llama navegar empapado y además es imposible. Navegando empopado es más probable meterse en líos con los cambios de viento y ser víctima de una de esas trasluchadas; esto es, lo que pasa cuando el puño de escota de la vela cambia de amura. Si ocurre y eres capaz de identificarlo, tírate al mar. Trasluchada en inglés se dice ‘to gybe’, en portugués ‘bye bye’, y en gallego ‘irse al carallo’.

barco_perfil_resultDÓNDE ESTA LA QUILLA
Habitualmente en Andalucía. A veces, bajo el mar, en lo que se llama ‘obra viva’. Para los profanos resulta inquietante saber que la parte inferior del barco está viva. Pero no tanto como saber que la que queda fuera del agua ha fallecido y se llama ‘obra muerta’. De ahí la costumbre de muchos marineros de rezar un responso antes de echarse a la mar. El responso ha de ser más intenso y sentido si uno planea echarse a la mar sin barco.
De todas formas la quilla está siempre debajo de ti, quizá con la única excepción de los catamaranes, cuyo mundo me resulta tan ajeno como poco interesante. No le veo ninguna ventaja a un barco en el que lo que falta precisamente es el barco.

ACTIVIDADES PELIGROSAS
Casi todo lo que hagas en el barco es peligroso excepto estarte quieto. Pero en un velero estarte quieto también puede resultar mortal durante una trasluchada. Como norma, si ves venir la botavara, agáchate. Si no la ves venir, también. El objetivo es evitar el golpe. Si no sabes qué es ese chisme, presta atención: la botavara es un palo horizontal que va apoyado en el coronamiento de popa y asegurado en el mástil más próximo a ella, y sirve para cazar la vela cangreja. En la vida es importante saber cazar la vela cangreja.


Especialmente peligroso resulta fumar en barcos que lleven cosas inflamables, como por ejemplo, un tobillo. En contra de lo que cree mucha gente, el tobillo se vuelve increíblemente inflamable en altamar, tanto por la acción de los esguinces, como por el golpe del mismo contra la botavara. No obstante, para golpearse el tobillo con la botavara es necesario hacer un movimiento muy extraño, capaz de hundir el barco, y particularmente desaconsejado por los traumatólogos. Si logras golpear la botavara con el tobillo durante una trasluchada, enhorabuena. Ahora entra la Wikipedia y empieza a estudiarte la maniobra ‘hombre al agua’.


Beber a bordo es también una actividad de riesgo. Debido a la influencia de los viejos piratas, tan pronto como alguien abre una botella de ron en un barco, el resto de la tripulación pierde la cabeza y se lanza a por ella. Las normas de caballerosidad obligan al portador de la botella a no peleare con las manos, sino que debe desenfundar y batirse en duelo con los que quieren robarle el ron, con ayuda de un sable. Todo esto resulta muy fácil cuando lo que estás abriendo es la primera botella. A partir de la segunda, es posible que el grupo de asaltantes te parezca mucho más numeroso de lo que es. Y a partir de la tercera, algunos aseguran haber visto a Jack Sparrow en la cubierta, rodeado de humo, y cantando canciones de Bob Marley. A partir de la cuarta, el barco eres tú, y estás a punto de quedarte sin obenquillos.

ACTIVIDADES MUY PELIGROSAS
En cubierta, jugar a cazar pulgas con una Colt semiautomática M1911. 

PRIORIDAD EN EL MAR
Por último, si la trayectoria de dos veleros se cruza en las líneas imaginarias que proyectan su proas y tu vas en uno de ellos y eres capaz de verlo con tus propios ojos, significa que estáis lo bastante cerca como para morir en los próximos minutos. La forma de evitarlo es que uno de los dos se aparte. Si los dos desvían su rumbo a placer, hay un 50% por ciento de probabilidades de impacto mortal. Así que es mejor aprenderse las sencillas normas de prioridades en el mar. A saber:
Cuando dos veleros se acercan al punto de colisión recibiendo el viento por bandas contrarias –esto es, uno por Led Zeppelin, y el otro por Nirvana-, se espera que ceda el paso el que reciba el viento por babor, siempre y cuando el otro lo pida por favor. Mientras que si es su barco el que recibe el viento por favor, lo correcto es dar las gracias por babor. Si los dos veleros reciben el favor por babor, lo mejor es ponerse a barlovento y que sea lo que Dios quiera.

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