Fútbol base

Un ejemplo de deportividad ourensano: más "Albas", menos energúmenos

Dibujo
photo_camera Alba Rodríguez posa en el centro de la imagen junto a dos jugadoras ourensanas en las instalaciones de Moraña.

Alba Rodríguez, seleccionadora ourensana sub-12, fue la protagonista de un gesto de deportividad que para ella es "normal"

Periódicos, radios y hasta televisiones se hicieron eco esta semana de un gesto deportivo que se convirtió viral por las redes sociales. Un impulso esencial para conocer la historia de deportividad que protagonizó Alba Rodríguez, aunque ella le resta importancia porque "es algo normal. En estas categorías que se confundan tanto árbitros como jugadores es lo más normal, pero hay que intentar enseñarles".

Esta seleccionadora ourensana estaba jugando en Moraña el Campeonato gallego de combinados comarcales. Ella dirigía a la selección ourensana femenina sub-12 y jugaban contra A Coruña. El marcador reflejaba un 1-0 a favor de las coruñesas y llegó la acción. 

"Desde mi posición veo que una niña de ellas tira a puerta y que el balón va tan perfecto que da en el palo de atrás de dentro de la portería. Mi portera cogió el balón con la mano y lo lanzó al medio del campo para que mis jugadoras sacaran. Pero no sé qué pitó el árbitro la verdad. Si saque de puerta o falta,... no sé", explica Alba Rodríguez.


El árbitro paró el partido para dirigirse a la ourensana, mientras esta le confesaba que "el balón había entrado. No sé como no lo vio, pero se lo dije y dio el gol"


En ese momento todo el mundo en el campo dio por hecho que eso había sido un gesto de normalidad y no de deportividad. "La verdad que durante todo el partido estuve sin el móvil, como es lógico y cuando acabó pues vi las redes sociales. Una compañera de Pontevedra que entrenaba a la selección sub-15 estaba viendo el partido y sin pensárselo publicó un tuit que tuvo una gran repercusión. 

Cientos de comentarios y de compartidos en las redes sociales que Alba Rodríguez agradece, pero rechaza la "fama": "Se le ha dado mucho bombo a la situación. Al final en estas categorías lo que pretendemos, al menos yo, como entrenadora es inculcar valores deportivos a los futbolistas. No es nada del otro mundo, pero lo publicaron y ahora me toca responder". Suena una risa y asimila que es algo con lo que tiene que convivir un entrenador. "Todos nos confundimos y los futbolistas y los árbitros también. Están en etapas de formación y deben aprender".

Mira a su experiencia futbolística como seleccionadora y entrenadora para destacar que "son algunos cuantos los que se comportan mal. Normalmente, el público es crítico, pero educado". 

La situación de hace dos semanas en el Bosco-Pabellón de alevines con los insultos y amenazas de una árbitro salta a escena: "Yo no estuve allí, me lo contaron. Pero bueno no se pueden consentir esas actitudes en el campo y menos en la grada cuando hablamos de fútbol base. Alguno de vez en cuando tengo escuchado, pero son una minoría muy reducida, porque cuando estoy dentro del campo no oigo a los de afuera".

En relación a su gestión como entrenadora, admite que "no permitimos protestas hacia el árbitro ni patadas que no vienen a cuento. Si estás peleando el balón y das una entra parte del fútbol, pero comportamientos antideportivos o malos los castigamos". Apaga el móvil para centrarse en los estudios. Su futuro. El presente de la ourensana es servir de ejemplo. Más "Albas", menos energúmenos.

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