Opinión

Más hechizo que hechiceros

La entrada en Galicia por A Mariña lucense parece haber sido cartografiada por la prosa mágica de Álvaro Cunqueiro. Es inevitable recordar al maestro cuando el cartel de la autopista anuncia el desvío hacia Mondoñedo. En ese momento también lamentas no llevar preparado un himno oficioso como 'Galicia sitio distinto', compuesto por Antón Reixa, líder de Os Resentidos, para que suene a todo volumen: "Unha vez un jicho en Noia, díxome con paranoia, que Álvaro Pino, comprou unha vespino, quedeime sin falar e pra disimular, decidín cantar, unha canción italiana, que se chama Il Mondo, ¡Mondoñedo! Noia paranoia e Mondo Mondoñedo, viño branco, viño tinto, Galicia, sitio distinto".

Y aunque Galicia no es Baviera,como dice la canción, 'il mondo' está pendiente es ese momento de lo que sucede en Múnich, en donde está jugando Lucas Vázquez, un gallego de Curtis, las semifinales de la Champions con el Real Madrid, por lo que Mondoñedo es un buen lugar para ver la segunda parte. A las 21,30 horas no se ve alma por la calle. En la plaza en la que el 17 de diciembre 1483 decapitaron al mariscal Pardo de Cela, el último defensor de la soberanía del Reino de Galicia –dice la leyenda que su cabeza fue rodando hasta la puerta de la catedral mientras gritaba ¡credo, credo, credo!– una estatua de Cunqueiro contempla el vacío existencial. "Estarán todos viendo el partido", contesta un compañero de periódico a vuelta de prueba fotográfica enviada por WhatsApp. Todos son docena y media de hombres y una mujer leyendo una revista en el centro social al lado de la casa consistorial. Mondoñedo no es una metáfora fantasiosa, sino la triste realidad de una tierra con más hechizo que hechiceros. En 1920 contaba con 10.370 habitantes, casi un siglo después, están censados 3.722, según los datos del año pasado del Instituto Nacional de Estadística. 

Galicia perdió el año pasado 7.369 habitantes a pesar de que la llegada de 4.873 emigrantes ha amortiguado el sopapo demográfico, como reconoció ayer el presidente Feijóo. Anunció que quiere presentar su plan para retornados en alguna universidad extranjera. La niebla se agarra a la A-8 otra vez, pero el sistema de balizas recién estrenado facilita la partida, también el de regreso. "Credo, credo, credo".

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