análisis de la jornada

Los más vulnerables siempre

Las categorías de base han sido una vez más las primeras olvidadas en la organización deportiva

El deporte base. Ese que hace que a todo el mundo se le llene la boca cuando habla de él: las instituciones, prometiendo, siempre mucho más de lo que finalmente llega, y cuando eso sucede, elevando las "mejoras o ayudas" al olimpo de los dioses; y las federaciones y los clubes, hablando de licencias y licencias, olvidando que la mayor parte de las veces es mejor mostrar una buena atención -dejémoslo en correcta atención, con ello sería para darse con un canto en los dientes- a un número inferior de equipos o deportistas que pretender engordar números para aparentar.

Lo peor de todo es que en esta absurda batalla, quien lleva las de perder es siempre el mismo, los más vulnerables son siempre los mismos, los jóvenes.

Lo vivido el sábado por la mañana en el polideportivo de Oira fue surrealista. Los jovencísimos integrantes de los equipos de fútbol sala prebenjamín de la UD Ourense y el Cidade de As Burgas estuvieron a primera hora de la mañana 50 minutos esperando a que alguien abriera la puerta del polideportivo para disputar un partido oficial de liga. Empezaba a las 10:00, pero como buenos "profesionales" del deporte a las 9:20 estaban en los exteriores del recinto. El tiempo pasaba y como no llegaba ningún operario del Consello Municipal de Deportes (CMD), presidido por Mario Guede y de quien depende la gestión de las instalaciones municipales, comenzaron las llamadas, pero no hubo solución (y eso que desde el Pavillón de Os Remedios hasta Oira son 10 minutos).

Al final, a las 10:10, y después de pasar frío, mucho frío, los jóvenes de entre 8 y 10 años, para casa.

Se echarán los trastos a la cabeza el CMD, la Federación o los clubes, pero el madrugón para nada a las criaturas no se lo saca nadie.

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