LA REVISTA

Menú en Gondomar con buen precio y contundente

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En pleno centro se encuentra este establecimiento, de aspecto exterior de bar típico del rural, pero que tiene una terraza sombreada con grandes parasoles  que hace muy agradable la comida en días calurosos como el que me coincidió a mí.

La víspera de San Benito, que es fiesta grande en Gondomar, acabé comiendo en esta villa del Val Miñor, por la cual tengo una gran querencia, a la que llegaba el tranvía desde Vigo, un romántico modo de transporte que Gondomar, al igual que Vigo, perdió el día de fin de año de 1968, hace casi cincuenta años.

En pleno centro se encuentra este establecimiento, de aspecto exterior de bar típico del rural, pero que tiene una terraza sombreada con grandes parasoles  que hace muy agradable la comida en días calurosos como el que me coincidió a mí. El Gondomar cuenta con una cocina que se basa en recetas tradicionales, dispone de menú del día y una carta con tapas y raciones, en las que en general suelen cuidar el producto.
Yo comí menú del día y aunque me gustó la comida, tomé callos de primero y codillo de cerdo al horno de segundo, tengo que hacerles una observación.

Lo encontré poco armonizado. Habría agradecido una ensalada o algo ligerito de primero para el codillo de segundo, o algún pescado en los segundos, para tomar sin remordimientos los callos. Pero los primeros eran todos contundentes: callos, espaguetis con carne o alitas de pollo guisadas con arroz en blanco. Tanto que parecían segundos. Si a eso añadimos unas generosas raciones, lo cual no está nada mal, el resultado es que no pude tomar el flan de café de postre porque ya era mucho incluso para mí. 

Mejorando esos pequeños desajustes, estamos ante un bar típico del rural gallego con una cocinaque responde bien, servicio atentísimo y rápido y una relación entre calidad y precio muy interesante, si tenemos en cuenta que en verano, todo el mundo se sube a la parra.

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