Escola de familias

¿Mi hijo tiene un soplo?

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Acercamos las patologías cardíacas, pautas para familias y docentes

Cuando hablamos de soplo cardíaco nos referimos a una especie de silbidos entre latidos cardíacos consecutivos (dicho de forma simple) que se escucha en el momento de la auscultación con un estetoscopio. En ocasiones es parte del flujo sanguíneo fisiológico a través de un corazón normal. Otras veces, un soplo puede ser un signo de un problema cardíaco. 

Representa una situación que ocasiona gran preocupación en los padres, pero es preciso apuntar que la mayoría de los soplos no deben ser motivo de preocupación y no afectan en absoluto a la salud del niño.

Es frecuente que se descubra durante una revisión ordinaria, incluso aunque no se haya escuchado antes, ya que muchos de ellos, sobre todos los fisiológicos poseen un carácter dinámico: pueden aparecer y desaparecer a lo largo de la infancia. Más de la mitad de los niños en edad infantil lo presentaran en algún momento determinado. Los soplos cardíacos se clasifican en una escala ascendente, en función de lo fuertes que se oigan (del I al IV o del I al IV en otras clasificaciones).

Como decíamos, el tipo más habitual de soplo cardíaco es el funcional, también conocido como inocente. Un soplo cardíaco inocente es el sonido de la sangre atravesando un corazón sano y normal de una forma completamente normal.

Del mismo modo que se puede oír el aire atravesando un tubo o el agua fluyendo a través de una manguera, en ocasiones se puede oír el paso de la sangre que circula por el corazón incluso cuando no haya ningún problema orgánicos. Este tipo de soplo no requiere precauciones especiales, como restringir actividades físicas ni ningún otro tratamiento especial.

La mayoría de los soplos cardíacos funcionales desaparecen por sí solos a medida que el niño se hace mayor. Algunos de estos soplos, si bien asientan en corazón estructuralmente sano, pueden ser secundarios a una situación no cardiaca (ej, anemia, fiebre).

Característicos

En la minoría de las situaciones los soplos cardíacos pueden indicar que hay un problema en el corazón. Aproximadamente 1 de cada 100 bebés nace con un problema cardíaco estructural, o anomalía cardíaca congénita. Estos soplos orgánicos suelen asociar síntomas que puede estar presentes desde los primeros días de vida, o no hacerlo hasta más tarde en la infancia.

Es verdad que algunos niños no presentan ningún síntoma aparte del soplo cardíaco, pero en general, los soplos patológicos asocian: respiración rápida, dificultades para alimentarse, labios azulados ("cianosis"), retraso del crecimiento.

En un niño mayores los síntomas pueden ser del tipo de cansancio marcado, dificultades para hacer ejercicio o actividades físicas, sudoración profusa, palpitaciones dolor de pecho o mareo/desmayo con ejercicios extenuantes.

Si alguno de estos síntomas apareciesen sería aconsejable remitir al niño a su pediatra de referencia. Diferentes tipos de patologías cardiacas pueden dar lugar a soplos: 1) Las anomalías en el tabique cardíaco afectan al tabique (o septo) que separa las cavidades superiores o inferiores del corazón.

Esto puede hacer que el corazón tenga que trabajar demasiado y/o que aumente de tamaño. 2) Las anomalías en las válvulas ocurren cuando las válvulas del corazón son demasiado estrechas, demasiado pequeñas, demasiado gruesas, o presentan algún otro tipo de anormalidad. Estas válvulas no permiten que la sangre circule libremente a través de ellas.

A veces, estas válvulas pueden permitir que la sangre fluya hacia atrás (insuficiencia valvular). La obstrucción de la vía de salida (válvula aórtica) puede estar provocada por la presencia de tejido adicional o de músculo cardíaco que obstruye la circulación sanguínea a través del corazón. 3) Los problemas en el músculo cardíaco (cardiomiopatías) pueden volver el músculo del corazón anormalmente grueso o débil, lo que puede entorpecer su capacidad para bombear sangre al resto de cuerpo con normalidad.

Las mujeres embarazadas tienen un mayor riesgo de tener un bebé con una anomalía cardíaca si contraen la rubéola, tienen una diabetes mal controlada o padecen fenilcetonuria (un trastorno metabólico de origen genético). El embarazo prematuro o bajo peso de nacimiento, algunos medicamentos (litio por ejemplo), drogas y/o alcohol también aumentan las posibilidades de que el niño presente algún problema estructural en el corazón.

Por último, la presencia de antecedentes familiares del tipo de cardiopatías congénitas, miocardiopatía hipertrófica o presencia de muerte súbita precoz en la familiar representan factores de riesgo que hay que tener en cuenta junto con la exploración física y la anamnesis. 

Pautas

A la hora de la exploración física es importante evaluar por lo tanto el color de la piel, la configuración del tórax, presencia de asimetrías/malformaciones, tipo de respiración, peso y talla, presión arterial, asimetría de pulsos periféricos.

Una vez realizada una correcta interrogación de los síntomas previamente mencionados, la exploración física que se comenta y una auscultación minuciosa, la técnica de elección para concretar el origen del soplo en casos dudosos/alerta es mediante ecocardiografía. Es una prueba sencilla e indolora, que permite  valorar la estructura y anatomía del corazón además de su funcionamiento.

Esta prueba suele pedirse más en el caso de los neonatos o lactantes ya que es donde hay mayor riesgo de encontrar una cardiopatía. Si el ecocardiograma muestra resultados normales, el bebe o niño no necesitara más controles, ya que su corazón se encuentra normal y sano y podrá hacer una vida totalmente normal.

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