TELEVISIÓN

La noche que volvió el lío a Montepinar

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photo_camera Una imagen de la serie en una de sus últimas temporada.

La décima temporada de la serie "La que se avecina" llegó con la intención de sorprender a sus seguidores y de enganchar al resto

Sentado en el sofá, con la mirada clavada en como se consumían los segundos y con el sabor de una cerveza fría. Esa era mi vida en la noche del miércoles en frente del televisor. Ansioso por volver a ver a unos vecinos tan locos como graciosos. "La que se avecina" estrenó su décima temporada con un mar de dudas sobre su futuro guión y detalles humorísticos propios de la serie. 

¿Son Recio y Pastor homosexuales? Los ex presidentes de Montepinar viven un idilio en el bajo. El mayorista se ha desprendido del vínculo del amor por Berta Escobar y se encauza en una espiral de conspiraciones sobre su sexualidad con el ex alcalde. Ambos tendrán en el punto de mira confirmar su heterosexualidad, pero nunca se sabe. En la ficción todo es posible. 

Berta es morena. Alba también. Berta está sola. Alba también. Madre e hija vivirán historias y experiencias basadas en fracasos amorosos y con las vecinas con la mosca detrás de la oreja sobre cómo se desarrollará su comportamiento. Doña Fina ha encontrado al cuidado perfecto, Amador Rivas que tendrá a la Cuqui y a Teodoro simpre molestando. O no. 

Me acabé la cerveza cuando llegaron las tomas falsas. Un sabor televisivo que quedó con regusto de más. De mucho más. El próximo miércoles el segundo capítulo de una temporada en la que hay nuevo presidente. El hombre cojín deja paso a Bruno Quiroga, el pianista que llegó a Montepinar después de que su mujer lo dejase. 

Se me hizo extraña la ausencia de Judith Becquer. ¿Qué le pasó? Me quedé toda la noche pensando en el giro del guión, pero no encontré ninguno coherente. Habrá que tirar de Google. Hasta el viernes que viene, "queridos convecinos".

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