Opinión

La nueva vida de Antonio Banderas

  

Antonio Banderas se ha pronunciado, ha hablado de su estado de salud, del susto que se dio el pasado mes de enero cuando tuvieron que ingresarle de urgencias en un hospital inglés por asuntos del corazón, también de sus proyectos futuros y de su amor por Nicole. Y lo ha hecho en el Diario Sur de Málaga, en una extensa charla con Pedro Luis Gómez, conocido periodista y amigo personal del actor, a quien ha abierto las puertas de su nueva casa. Un ático junto al Museo Picasso y la Alcazaba, en uno de los lugares más emblemáticos de la ciudad, convertido en lugar de culto para todos aquellos que aman el arte en todas sus facetas.

Dice Antonio que si algo ha aprendido de lo que le ha ocurrido es a decir que no. Él que trabaja a destajo, que pese a vivir en Europa tiene que desplazarse continuamente a Nueva York o los Ángeles por motivos de trabajo pero también para ver a su hija Estella del Carmen, la niña de sus ojos, que ha heredado de su madre la belleza y de su padre ese magnetismo que encandila a públicos muy diferentes y que le abrió los estudios de Hollywood cuando permanecían cerrados para la mayoría de los hispanos que iban a la meca del cine en busca de una oportunidad.

No se atreve Antonio a dar una fecha concreta sobre cuando piensa instalarse definitivamente en Málaga porque de sobra sabe que es difícil hacer proyectos a largo plazo en una profesión como la suya, pero no le duelen prendas a la hora de elogiar la labor del alcalde de su ciudad, Francisco de la Torre, quien ha apostado por la cultura, por las Bellas Artes, por los museos, no solo el de Picasso, también el de Carmen Thyssen o el Centro Pompidou, de los que tan orgullosos se sienten los malagueños de cualquier ideología, y donde Antonio piensa ya en abrir un gran centro teatral.
Una asignatura pendiente que está dispuesto a aprobar con sobresaliente, ya que no olvida que fue en Málaga donde dio sus primeros pasos como actor, de donde salió hacía Madrid con una mano delante y otra detrás en busca de una oportunidad.
Para su nueva pareja Antonio tiene palabras de agradecimiento por lo bien que se ha portado durante su enfermedad, pero sobre todo porque le da la calma que todo artista necesita. Una confesión que coincide con otras que ha hecho Melanie Griffith a la revista Porter, en la que cuenta los motivos de su ruptura: Me sentía atrapada en mi matrimonio con Antonio.

Una razón de peso que desembocó en un divorcio amistoso, lo que en modo alguno quiere decir que no fuera doloroso después de casi 20 años de vida en común y una hija.
También Antonio tiene palabras de cariño para Melanie y para los hijos de ésta, a los que quiere como si fueran suyos. Es más, después de un tiempo muerto, ambos han vuelto a encontrarse, a hablar, no solo porque tienen una vida y una hija en común, también porque el suyo fue un amor pasional, de admiración mutua. Prueba de que las cosas marchan bien entre ellos es que Antonio le ha presentado a Nicole y han comido juntos. Lo que demuestra que son dos personas civilizadas, que saben que estarán unidos de por vida porque por su hija que merece todo el respeto del mundo.

Banderas se encuentra estos días en Málaga disfrutando del sol, de la vida en familia, de su madre, y de la Semana Santa, en la que participa muy activamente, y donde le gusta reunirse con sus amigos, algunos de la infancia, otros de nueva hornada, porque es ahí donde renueva fuerzas antes de volver al trabajo, como actor y como diseñador. Una actividad que le apasiona y donde está triunfando. Una fama que él lleva con mucha soltura, diría que con humildad.

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