ESCOLA DE FAMILIAS

Nuevas rutinas en verano

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Pautas para que los niños/as no se descontrolen ni pierdan los hábitos aprendidos durante el curso escolar

Llega el verano, el periodo de vacaciones más extenso del año para los escolares, pero estas largas vacaciones pueden convertirse en un estrés constante para las familias. Esta nueva etapa consiste principalmente en cambiar las rutinas establecidas durante el curso. Por lo tanto, una vez finalizado el colegio (dejamos atrás los exámenes y las rutinas de estudio) comienzan las merecidas vacaciones de verano. 

Estas vacaciones son, sobre todo para los escolares, un deseado período de ruptura de hábitos y de libertad. Asimismo, los niños/as disponen de mucho tiempo libre, en ocasiones demasiado, y si no sabemos establecer nuevas rutinas y organizar las vacaciones pueden convertirse en un problema (diez semanas de descontrol, riñas, tensión, desorganización y agobios). Los niños/as necesitan vacaciones para descansar de madrugar, de los deberes, del estudio, de los exámenes, del esfuerzo y de las normas de cada semana. Sin embargo, no es positivo que los niños/as en verano tengan libertad absoluta para todo lo que les apetezca.

De ahí, que lo fundamental para no caer en el descontrol, es flexibilizar los horarios del curso pero mantener unos horarios de verano. En pocas palabras, en verano se debe experimentar otro tipo de rutinas y otro tipo de normas que suelen ser mucho más flexibles. 
Lo primero que tenemos que tener claro es que los escolares se merecen estas vacaciones y que descansar y relajarse en estos meses es fundamental. Puesto que, lo principal es disfrutar de los amigos/as, la familia y de todas las variadas opciones que nos ofrece el verano (piscina, río, playa, pueblo…). Sin lugar a duda, la clave para disfrutar del verano se encuentra en la planificación: organizar el tiempo libre y establecer rutinas nuevas adaptadas a cada familia evitando el aburrimiento, la incertidumbre y el sedentarismo. En este sentido, es fundamental que las familias organicen su tiempo escuchando las opiniones y contando con los gustos de los niños/as, pero la decisión será siempre del adulto.

Estas rutinas deben ser consensuadas en familia y establecer un control de cómo va a ser el verano para cada miembro de la familia. El niño/a debe conocer cuáles serán sus nuevas rutinas, por supuesto de forma progresiva y mucho más flexibles que durante el curso escolar. En efecto, cada familia establece las suyas en función de sus necesidades, preferencias y posibilidades. Establecer estas nuevas rutinas responde a la necesidad de interiorizar hábitos para que se sientan seguros y tranquilos. Por lo tanto, fijar un horario y repetir unos hábitos hace que el menor alcance un equilibrio emocional que es un pilar fundamental en su desarrollo.


Pautas


Además de su tiempo de juego, deporte, playa o piscina conviene que todos los días dedique un tiempo, siempre en función de su edad, a leer, ayudar tareas casa y hacer tareas escolares. Establecemos cinco rutinas que ayudan a disfrutar más y mejor de las vacaciones de verano:

1. Fijar horario. Deben saber lo que hacen primero y lo que va después (horario desayuno, horario comida…). Debemos tener muy claro que el exceso de libertad supone un caos para los niños/as y también para los padres/madres. También debemos establecer horarios claros para el uso de los diferentes dispositivos (ordenador, televisión, móvil, videojuegos…).

2. Ayudar tareas hogar. Pueden responsabilizarse y/o ayudar en las tareas de casa en función de la edad del niño/a. Tener tareas asignadas les enseña a responsabilizarse, aportándoles autonomía y seguridad

3. Tareas escolares. Está claro que las vacaciones de verano rompen el ritmo de aprendizaje. Si los profesores/as les han puesto tareas escolares es mejor establecer un horario de mañana que es cuando mantienen mejor la atención y nunca superar la hora. El verano no es para estudiar pero si puede ser muy positivo hacer repaso y los ejercicios que los profesores/as indican. No obstante, si nos vamos de vacaciones podemos y debemos dejar los deberes esos días, desconectar es necesario. 

4. Lectura diaria. El hábito lector debe mantenerse todo el año, es una opción para viajar, imaginar y soñar. Debemosa dedicar todos los días un tiempo a fomentar la lectura con libros que se adapten a su edad e intereses. Es muy positivo escucharlos leer, inventar otro final y leer con él alternando páginas.

5. Fomentar autonomía. En muchas ocasiones nos anticipamos a las acciones de los más pequeños y no les dejamos hacer muchas cosas que podrían hacer solos. Hacerlo nosotros tiene resultados más rápidos pero no son nada positivos porque no les permitimos aprender. Las vacaciones son una época propicia para fomentar aprendizajes de autonomía, ellos/ellas son capaces, recompensa su esfuerzo. 
Debemos recordar que estamos en verano y que lo principal es descansar, jugar y divertirse. Sin olvidar que el verano es una buena ocasión para realizar actividades de ocio, fomentar las manualidades y la práctica de deporte en familia, jugar a hacer redacciones, inventar historias y/o cuentos, resolver situaciones de la vida diaria donde tenga que utilizar conceptos matemáticos, y por supuesto, fomentan las actividades entre iguales.

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