AVE EN OURENSE

La obra de la intermodal se estructura en seis fases

El proyecto obliga a demoler edificaciones y cambiar la regulación del tráfico

Las tres actuaciones diferenciadas -estación de autobuses, parking subterráneo y terminal ferroviaria con permeabilidad urbana- que componen la futura estación intermodal de Ourense han obligado a Gobierno central y Xunta a estructurar los trabajos en seis fases diferenciadas, según consta en la memoria del proyecto, que abarca cerca de 46.000 metros cuadrados y en el que se invertirán más de 151 millones de euros. El objetivo es que el complejo esté preparado para la llegada del AVE, a finales de 2019.

Terrenos y demoliciones

Según consta en el convenio firmado entre Adif, Xunta y Concello, el organismo dependiente del Gobierno central debe poner a disposición del gallego los terrenos necesarios para ejecutar la terminal de autobuses y el aparcamiento subterráneo. En ese momento, la Xunta deberá demoler seis edificaciones: el supermercado Froiz, una nave almacén, el gabinete médico de Renfe, el puesto de Coren en Eulogio Gómez Franqueira, la oficina de control del actual aparcamiento y el galpón del edificio de vías.

Servicios provisionales

Liberados los terrenos en los que se ubicará la futura terminal de autobuses, estos se deberán usar provisionalmente para reubicar la zona de los taxis, plazas de aparcamientos o los espacios para carga y descarga y vehículos de emergencia. Todo esto estará en uso mientras dura la ejecución del parking subterráneo.

Ejecución del parking

Con la actual explanada a la puerta de la estación ferroviaria liberada, se procederá a construir el nuevo parking subterráneo para turismos, que constará de dos plantas con capacidad para 302 vehículos. Este proyecto incluye, además, la reurbanización de la plaza en superficie, donde se repondrán los servicios desplazados provisionalmente. El plazo de ejecución previsto es de diez meses.

Liberación vías 1 y 3

En el convenio establecido para desarrollar la intermodal, Adif se comprometía a dejar sin uso la zona de las vías 1 y 3 que se ve afectada por la estación de autobuses.

Estación de autobuses

Con el parking ya finalizado y las vías liberadas, la Xunta tendrá el camino despejado para arrancar con la terminal de autobuses, con forma de "U" manteniendo intacto el centro de salud de A Ponte y ocupando aproximadamente 7.100 metros cuadrados, con dos zonas bien diferenciadas: una en la que se ubicarán 15 dársenas de viajeros y tres dársenas de regulación y otra en la que estará el edificio de viajeros, contiguo al ferroviario.

Su entrada en funcionamiento obligará, además, a modificar la regulación del tráfico en la zona, instalando nuevos semáforos, pasos de peatones y repintando la avenida Eulogio Gómez Franqueira.

El proyecto de Foster

La última fase contemplada conlleva hacer realidad la obra más ambiciosa, la que lleva la firma del prestigioso arquitecto Norman Foster y sus socios ourensanos, el estudio de Juan Carlos Cabanelas.

Por un lado, esta supone adaptar la estación para la llegada del AVE, reformando el actual edificio y construyendo una ampliación que será contigua a la nueva terminal de autobuses. Además, se prevé una pasarela de embarque que permitirá llegar a los nuevos andenes que se habilitarán para disfrutar de los trenes de alta velocidad y una solución de cubiertas solapadas que proporcionarán iluminación natural y protección frente a la lluvia.

Las restantes tienen que ver con la mejora de permeabilidad entre A Ponte y O Vinteún. Por un lado, se construirá una pasarela peatonal sobre la playa de vías entre la plaza de la estación y la rúa Ramón Piñeiro, mientras que por otro se procederá a la cubrición de vías entre el puente de la avenida de Santiago y el futuro vial rodado, creando una gran plaza pública. Esto obligará a demoler algunas edificaciones, entre las que no se encuentra el Espacio Lusquiños, que los redactores del proyecto han querido salvar por su actividad.

Para garantizar, por su parte, la conexión motorizada, está previsto también un vial rodado, que hará desaparecer el actual edificio de Correos o el local de la asociación cultural Frei Canedo da Ponte. Esto se debe a la necesidad de que el trazado, que tendrá pendientes de hasta el 12%, alcance la cota necesaria para salvar el gálibo ferroviario. Partirá desde una nueva rotonda en la avenida das Caldas hasta la rúa Río Arnoia. 

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