DEPORTE LOCAL

"Oye, ¿qué es esto del fútbol gaélico?"

photo_camera Un jugador francés pasa el balón ante la mirada de jugadores del combinado gallego.

Ourense acogió la fiesta de un deporte vistoso, con dos partidos internacionales entre Galicia y Francia ante expertos en la materia y novatos curiosos

El fútbol gaélico tuvo su 'graduación' en Ourense. La tuvo gracias a los partidos internacionales que disputaron Galicia y Francia, tanto en categoría femenina como masculina en el sintético del Campus. Alrededor, en la grada, la mezcla perfecta entre expertos en la materia y curiosos que estaban ante su primera toma de contacto con este deporte. Así que las preguntas sobre el juego, el reglamento o la puntuación fueron constantes. Y debidamente contestadas.

El fútbol gaélico es, para que se entienda, una mezcla de fútbol y rugby, con un toque de balonmano y algo de baloncesto. Del deporte de la canasta se lleva el saque inicial de cada periodo: un salto entre dos jugadores de cada equipo. Después el ritmo es alto. En todo momento. Cada jugador puede conducir el balón con la mano o con el pie. Eso sí, si lo lleva agarrado tiene que botarlo o tocarlo con el pie antes de dar cuatro pasos para no cometer una infracción.

Lo primero que llama la atención es la portería. Son dos en una. A la habitual de fútbol se le añaden unos palos de rugby por detrás. Si marcan un gol, suman 3 puntos. Si cuelan el balón entre palos, suben 1 punto al casillero. Abajo, un portero que intenta evitar que el rival se lleve el premio gordo.
Hay posiciones sobre el césped, pero los jugadores destacan por su movilidad. A la hora de defender, hay contacto pero limitado. Un árbitro sigue el juego de cerca y sanciona empujones o agarrones. Para robar el balón, habilidad o aprovecharse de la imprecisión del rival.

Sin olvidarse del balón. Se parece al de fútbol, pero es ligeramente más pesado. Y se nota a la hora de los desplazamientos largos.

Una vez entendidas las nociones básicas, los novatos pueden disfrutar de un buen entretenimiento. Sin pausas. El esférico (y los jugadores) no paran de correr.

Los himnos, muy presentes

Galicia y Francia jugaron once contra once, con cambios continuos en dos tiempos (de 30 minutos las chicas, de 35 los chicos), con su correspondiente tiempo añadido. 
Antes del comienzo, los himnos reclamaron su protagonismo. 'La Marsellesa' primero y el Himno Galego después. En el duelo femenino, Galicia arrancó un meritorio empate a 28. Y pudo ser mejor, ya que las locales tuvieron el partido en la mano tras una gran remontada, pero las galas igualaron en la prolongación, dejando cierto sabor agridulce aunque más dulce que agrio. 
Cerró el cartel el duelo masculino. Con un juego más abierto, todavía más rápido, los franceses impusieron su buen hacer y se llevaron el partido por 17 a 50 tras una segunda parte muy completa.
Fue el final (deportivo) de una jornada festiva para jugadores y aficionados. Deporte, sorteos, música, comida y bebida para disfrutar de una experiencia que quiere impulsar el fútbol gaélico en Ourense, con el club Auriense como referente.

El detalle

La selección gallega femenina rindió a tan buen nivel que Francia no pudo superarla ni jugando unos minutos con una jugadora más. Y no fue por expulsión, fue por un despiste del banquillo galo. La confusión en los cambios visitantes y cierta sordera de una de sus componentes a pesar de los avisos, hicieron que disputasen unos minutos con 12 jugadoras, por 11 gallegas. Una vez se solucionó el entuerto, las cosas se volvieron a equilibrar.

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