ESCOLA DE FAMILIAS

Pautas que evitan los malos hábitos orales de los más pequeños

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Cambiar y eliminar estas conductas es una tarea difícil que depende de factores como la edad, el tiempo en que persiste el hábito, la causa y persistencias del mismo, así como la motivación del paciente

Las costumbres adquiridas por la repetición continuada de una serie de actos que sirven para calmar una necesidad emocional se conoce con el nombre de hábito oral. Los malos hábitos además de poder alterar el normal desarrollo orofacial, produciendo deformaciones dentoesqueléticas, pueden ocasionar problemas psicológicos, emocionales y de aprendizaje. Los hábitos pueden ser de dos tipos: hábitos útiles y hábitos dañinos. Los hábitos útiles son aquellos que incluyen las funciones normales adquiridas o aprendidas como la respiración y deglución adecuadas, masticación, fonación, etc. Los hábitos dañinos son aquellos que pueden ser lesivos a la integridad de las estructuras orofaciales.


CLASIFICACIÓN


Podríamos clasificarlos en: 

Instintivos: como el de succión.

Placenteros: algunos pueden tornarse placenteros como en la succión digital (succionar el dedo).

Defensivos: En pacientes con rinitis alérgica, asma etc, la respiración bucal se convierte en hábito defensivo.

Hereditarios: algunas malformaciones congénitas de tipo hereditario pueden acarrear un hábito consecuente con la malformación, como inserciones cortas de frenillos linguales.

Adquiridos: La fonación nasal en los niños con fisura palatina.

Imitativos: La forma de colocar los labios y lengua entre grupos familiares al hablar, gestos, muecas, etc.


Pautas


La respiración oral es un hábito primario y por tanto, desencadenante de otros muchos. Cuando no existe ningún tipo de obstrucción en las fosas nasales estamos hablando de un mal hábito que debe ser solucionado. Al hablar de niños respiradores bucales, estamos hablando de alumnos y de rendimiento escolar.

Algunos respiradores orales pueden llegar a padecer pérdida auditiva de diversa gravedad y sería recomendable averiguar el grado de pérdida que presentan y cómo perciben los sonidos, sobre todo el habla, para poder mejorar aspectos que en ocasiones se pasan por alto en los centros educativos. Otra área de impacto en el rendimiento escolar, afectada por una respiración deficiente es la atención. Un niño mal oxigenado y mal ventilado por una hipofunción respiratoria puede llegar a presentar graves problemas de atención que deberían ser valorados.

La succión digital y labial es un hábito que con anterioridad es un reflejo y acaba resultando un estímulo aprendido y condicionado. 

Cambiar y eliminar estas conductas es una tarea difícil que depende de factores como la edad, tiempo que persiste el hábito, causa y persistencias del mismo y motivación del paciente para cambiar el hábito.

Cuando se produce la erupción de la dentición temporal sucede un cambio en el patrón deglutorio y es a partir de, aproximadamente los cuatro años de edad cuando la persistencia de los hábitos nocivos influye más negativamente en el desarrollo originando maloclusiones dentales. También a esta edad aumenta el rechazo social ante el hábito, lo que puede alterar el desarrollo emocional del niño. Las consecuencias que se dan son entre otras: lengua plana, sin fuerza, falta de control de saliva, poca fuerza en labio superior y déficit en el sellado labial, malformación en paladar y mala mordida, dificultades en la articulación de fonemas y trastornos en la deglución de alimentos.

La onicofagia (morderse las uñas) distorsiona la mordida y altera la armonía de las funciones orofaciales, aunque en menor medida que la succión digital. 

La succión del chupete o biberón, es un tema ampliamente discutido. El acto de succión cuando se realiza correctamente, estimula toda la musculatura facial y favorece un crecimiento armónico de la cara. La succión estimula el crecimiento mandibular hacia abajo y hacia delante, siendo recomendada como terapia para favorecer el crecimiento mandibular.

La succión que distorsiona la oclusión dentaria es aquella en la que estos movimientos son sustituidos por el de ¨lamer¨. Durante esta succión la lengua se coloca baja e impulsa el objeto hacia fuera de la boca, sin llegar a explusarlo por completo. Las tetinas redondas propician este tipo de succión o de "lamer" pues pueden ser proyectados hacia fuera de la boca sin llegar a caer. Las ortodóncicas no permiten este tipo de movimiento pues se caen con facilidad y por ello muchos niños se niegan a utilizar este tipo de chupete.

Lo correcto sería usarla con el aro que presente una concavidad hacia dentro de tal manera que encaje en los labios en el momento de la succión, pues los aros de forma plana o convexa provocan una eversión labial. Tampoco son recomendables los nuevos modelos con aros muy grandes pues en ocasiones llegan a tocar y tapar los orificios de la nariz. La correcta succión cansa la musculatura orofacial, por eso los niños que succionan bien usan el chupete antes de dormir, cansan la musculatura y dejan de usarlo el resto de la noche. 

La alimentación pastosa prolongada ocasiona un déficit en la fuerza y desarrollo de la musculatura oral. 

El bruxismo (apretar y rechinar los dientes) es otro mal hábito que suele aparecer en situaciones de estrés y ansiedad. Los niños que lo padecen suelen presentar molestias y dolores en las encías, dientes o músculos de la región bucal al despertar por la mañana e incluso dolores de cabeza. Entre las medidas de tratamiento pueden usarse protectores dentales o férulas de descarga.

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