INVESTIGACIÓN

La Policía investiga a 50 sospechosos del asesinato de Socorro Pérez

El levantamiento del cadáver el seis de junio de hace dos años, en el Alto del Seminario.
photo_camera El levantamiento del cadáver el seis de junio de hace dos años, en el Alto del Seminario.

"Trabajamos en un terreno más firme que hace un año", dice el comisario de Ourense, Antonio Álvarez 

Dos años después del crimen que le costó la vida  a Socorro Pérez (43 años) en 2015 la instrucción judicial aún tiene latido. Sigue viva y bajo llave. El titular del Juzgado de Instrucción 2 de Ourense, Luis Doval, aún no levantó el secreto de sumario y sólo él y la fiscal del caso conocen las actuaciones que está practicando la Policía Nacional. Entre ellas, los seguimientos al medio centenar de personas que están siendo investigadas en la actualidad, según confirmó a este diario el comisario jefe de Ourense, Antonio Álvarez Valencia. 

La Unidad de Delincuencia Especializada y Violenta (UDEV), tras cruzar multitud de datos, redujo el círculo a 50 personas. Y hasta ahí puede leer. Los sospechosos, según parece, pudieron estar en el entorno del Alto del Seminario pasadas las cinco y medio de la tarde de sábado 2 de mayo de 2015 cuando la víctima salió a correr y se metió por un camino, complicado y poco utilizado por el propio monte, que permite salvar las curvas de la carretera. De hecho, el cadáver fue descubierto el 6 de junio, es decir, 36 días después de su desaparición. Estaba cubierto por ramas, lo que dio pistas sobre la naturaleza homicida de la acción. Ocultar después de matar.

Según asegura Álvarez Valencia, fue "un crimen de oportunidad", es decir, algo no planificado por una persona que se cruzó en su camino y la atacó. El móvil contemplado es sexual, ya que tenía parte de la malla del chándal bajada, y por descarte. Socorro Pérez no llevaba dinero consigo y el entorno laboral, familiar, sentimental y social no dieron motivos para amparar un asesinato.

En estos momento, dos años después, el pulso de las investigaciones policiales es rítmico, firme  y con dos ventrículos: la Comisaría de As Lagoas y la unidad central de investigación criminal de la Comisaría General. "En estos momentos, el tema está mucho mejor que hace un año, porque hemos avanzado y trabajamos en un terreno más firme", dice Álvarez Valencia. Habla de líneas de investigación sólidas, aunque, no duda en reconocer que necesitan también "algo de suerte". Probablemente, la resolución no será inmediata porque al juez hay que presentarle "algo sólido".

 La lista de sospechosos se redujo a 50 tras quitar y poner. Toda vez que la ciencia forense no ofreció pistas por lo deteriorado que estaba el cadáver, hubo que recurrir al trabajo de campo: "Hemos hechos miles de gestiones, chequeamos a miles de personas, cruzando datos, viendo sospechosos, actitudes, antecedentes, vigilancias...", explica el máximo responsable policial. Por ejemplo, examinaron las miles de conexiones telefónicas recogidas por el poste del Seminario. 

El responsable policial asegura que los llamados crímenes de oportunidad siempre ofrecen más dificultades en su resolución porque "impiden relacionar al criminal con la víctima". Además, en los  delitos con móviles sexuales, explica que intervienen "muchas personas con una doble vida que tan siquiera tienen antecedentes". 

La familia desconoce cuáles son los avances

La familia de Socorro Pérez desconoce los avances policiales a los que se refiere el comisario.  Desde junio de 2016, cuando Álvarez Valencia se reunió con los padres, no han vuelto a tener noticias.

El portavoz, Jesús María Pérez Álvarez, con motivo de los dos años de la desaparición y crimen de su prima, explica que habrá un acto de homenaje en la zona del Seminario mañana martes, día 2. Será a las 12.00 horas y consistirá en una ofrenda floral.

Pérez Álvarez también expresó su solidaridad y apoyo a la familia de Belén Rodríguez, desaparecida el 7 de abril. "Somos conscientes de su dolor y esperamos que corra mejor suerte que la de nuestra querida Socorro",apunta.

Los allegados a la víctima en su última concentración a finales de enero de este año en la Universidad Laboral, en donde Socorro trabajaba como limpiadora, fueron especialmente críticos con el trabajo policial desde el primer momento, incluidas las labores de búsqueda (fueron amigos de los padres quienes encontraron el cadáver en una batida durante el fin de semana). El paso del tiempo sin avances, según destacan, les desmoraliza. 

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