CON PRIMA DE RIESGO

Cómo prever lo que pasará con el sistema de pensiones en España a la vuelta de doce años

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En 2030 habrá 50.000 mayores de 100 años en España, ahora esta cifra alcanza los 13.000

Las previsiones son claras, España envejece, y Galicia y Ourense lideran esas cifras de envejecimiento. En el año 2030 la edad media de España subirá 10 años y eso lo cambiará todo. Seremos un país dominado por la década de las edades comprendidas entre los 50 a 59 años que será el grupo principal y un incremento relevante de los mayores de 65 años, frente a una caída muy elevada de los menores de 39. 

En concreto, dentro de 15 años residirán en España 11,3 millones de mayores de 64 años, un 34% más que ahora. En medio siglo la cifra habrá subido hasta los 15,8 millones. 

El grupo más numeroso en la pirámide de población es ahora el de los que tienen entre 35 y 39 años. En 2030 será el de 50 a 54 años y, en 2064, el de 85 a 80 años. 

La pérdida de población se concentraría en el tramo de entre 30 y 39 años, que se reduciría en 1,1 millones en los próximos 15 años (un 28% menos) y en 6,8 millones en los próximos 50 años (un 45% menos).

Esta situación nos acercará a un ratio de uno a uno, es decir, que por cada empleado trabajando debe mantener un jubilado. Dicho de otra manera, con la capacidad productiva de una persona en el trabajo deberá mantener dos personas, él y una persona en jubilación. 

Este ratio exige que ese sueldo deba ser elevado para poder generar ese equilibrio. Y por esa vía tenemos un problema: salvo el País Vasco, que está considerado zona de alta innovación y por tanto generación de alto valor añadido, el resto de España, con mejor o peor suerte, está lejos de dicha consideración. 

Es decir, que el negocio de ser camareros, albañiles o restauradores (con todo mi respeto a dichas profesiones) en este país nos provocará problemas futuros a la hora de pagar a los presentes y futuros pensionistas. ¿La explicación? Sueldos bajos y temporales no ayudan a alimentar la arca de una Seguridad Social que ya se encuentra menguada, mejor dicho en números rojos, con más de 19 millones de contribuyentes a la misma. 

No les puedo engañar, España tiene un problema de tesorería de la Seguridad Social que se irá remendando temporalmente con el alcance de la cifra de los 20 millones de cotizantes que posiblemente serán más incluso. Pero las tendencias mandan y la tendencia de la Europa de los 28 es envejecer y sobreenvejecer (mayores de 85 años) continuamente.

SOLUCIONES FUTURAS

Las soluciones de los expertos pasan por que la caja la alimenten los impuestos directamente como hacen los nórdicos o realizar ajustes para reducir importes a pagar por parte de la Seguridad Social, a lo que debemos sumar la lucha contra el empleo sumergido (tradición nacional), son algunas soluciones pero que no afrontar el problema de raíz, y el problema es que el sistema de la Seguridad Social necesita un ratio de 2,5 (de trabajadores) por cada jubilado. Tema delicado en un contexto de crecimiento vegetativo positivo con la ayuda actual de la emigración, pero en contexto temporal, y en un nuevo mundo donde la tecnología trabaja por nosotros, eso implica una pérdida de empleos actuales. 

Se calcula que hasta un 45% de los empleos que conocemos pueden ser sustituidos en 20 años. Eso sí, si somos hábiles podremos tener nuevas vías de empleo en las  nuevas tecnologías. El problema está en si no lo somos, la combinación de paro estructural, alta cifra de jubilados y pocos jóvenes convertirán a España en un país con un fuerte desequilibrio económico. 

La falta de juventud es un lastre, ya que existe el consenso de que la edad es un motor para la creatividad y el desarrollo empresarial de un país. En este contexto la mayoría de los expertos cree que el sistema de pensiones no será sostenible si se mantienen las mismas tasas de actividad, empleo y edades de jubilación actuales.

¿Las soluciones? Alargar la vida laboral. Es decir, si vivimos más tendremos que trabajar más, ese será un remedio general y eso significará alargar la vida laboral más allá de los setenta años. A ello uniremos nuevas modalidades laborales para mayores, como flexibilidad laboral o trabajo a jornadas concretas u otras opciones todavía por concretar.

Otra transformación será la oferta de los servicios complementarios a la tercera edad. Se deberá valorar el coste de todos ellos y cuales deberemos afrontar con erario público.

Como ven, el mundo cambia y la edad será un elemento crucial de los cambios de España en las próximas décadas. La verdad, el consejo que les puedo dar es que vaya escuchando ofertas de planes de pensiones que refuercen los ingresos en sus años dorados, o que exploren otras inversiones como el inmobiliario para ayudarle en sus ingresos de tercera edad. 

Como reflexión final, quizá, esa gente que llega en barcazas a nuestras costas se conviertan en el factor clave de nuestras futuras pensiones. 

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