ourense

Regresan al casco histórico las quejas por el ruido de los pubs

Reportaje casco histórico quejas por el ruido de los pubs
photo_camera María Jesús Domínguez y su padre, José Domínguez, en su domicilio de Pena Corneira.

"É imposible durmir", dicen en Pena Corneira y Cabeza de Manzaneda; hace 20 años ya se manifestaron

La noche ourensana hace mella en los vecinos de la zona de Os Viños. Inquilinos de Pena Corneira y de Cabeza de Manzaneda reclaman el cumplimiento de los horarios de cierre y del volumen de la música de los locales nocturnos. "Non é normal, nós vivimos nun cuarto e temos ventá dobre pero é imposible durmir cos ruídos", se queja María Jesús Domínguez, vecina del número 8 de Pena Corneira. Domínguez, que vive con su padre, un octogenario de salud delicada, reclama medidas para evitar que los pubs "fagan o que queiran". "Como non poden fumar dentro, a xente sae e, como quere escoitar a música, deixan as portas abertas e escóitase todo", añade. Los vecinos amenazan con volver a manifestarse, como ya hicieron hace 20 años, cuando salieron a las calles para exigir la revisión de la normativa municipal sobre ruidos.

Desde hace un mes, con la apertura de otro local, Domínguez comenta que la situación se ha vuelto "insoportable". "Estamos moi cansados e estamos pensando en concentrarnos para que nos fagan caso no Concello", advierte. Las últimas noches coincidieron con el Puente de la Constitución, lo que alargó los días de fiesta: "Ao ser festivo, o mércores xa está, non podemos durmir de mércores a domingo, e temos dereito a descansar". Su padre, que recibe la  medicación a través de un nebulizador, se ha llegado a despertar con el alboroto de la calle: "O venres escoitei que levantaba a persiana ás 6 da mañá e preocupeime, pero é que non era capaz de durmir". José Domínguez explica que se levantó porque había un "griterío insoportable". "Chamo á Policía Local a miúdo, pero depende moito da persoa que colla o teléfono, o outro día creo que si que viñeron porque o local de enfrente baixou a música, pero non sempre é así", recuerda su hija.

Además de la música -que va en aumento durante la noche, según Domínguez- y el jaleo de los jóvenes, hay desperfectos en el mobiliario urbano. Los vecinos piden respuesta ante sus quejas y exigen "civismo": "Non teñen que pechar os locais, pero teñen que respetar o horario legal e as normas, e se as normas están obsoletas haberá que cambialas".


Hace 20 años ya se manifestaron contra los ruidos


En enero de 1999, María Jesús Domínguez y otros  vecinos decidieron crear la Asociación Rúas, que exigía al gobierno municipal -por entonces con Manuel Cabezas al frente- respuesta ante el ruido de los locales del casco viejo. Después de manifestarse y reunirse con el Concello, con la Policía Local y con la Policía Nacional, los vecinos consiguieron una norma que regulase el sonido de los pubs, así como las horas de cierre. "Durante un ano moitos dos locais estiveron pechados e realizaron as obras para insonorizalos, e despois diso tivemos unha época moi boa na que nos chamaban do Concello para saber como ía a cousa e a xente respetaba moito o descanso", comenta Domínguez.

Los inquilinos se plantean, 20 años después de aquellas manifestaciones, volver a las calles para reclamar un descanso digno. "Daquela conseguimos moitas cousas e se as cousas non cambian volveremos a queixarnos publicamente, porque ninguén nos está facendo caso", explica. Según Domínguez, una vecina acude al Concello cada semana para quejarse de los ruidos, aunque "non temos resposta de ningún tipo". La situación actual es, para las familias de la zona -personas de edad avanzada en su mayoría- "inaguantable".

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