FLORA Y FAUNA

Ridimoas aumenta su bosque para dar cabida a más especies

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photo_camera Uno de los molinos objeto de restauración, en el bosque de Ridimoas.

La asociación de Beade colocó una cámara oculta para realizar seguimientos de fauna amenazada

La actividad de la asociación naturalista Ridimoas, radicada en Beade, se centra este año en la recuperación de hábitats para especies autóctonas en el bosque de más de 400 hectáreas que posee en este municipio de O Ribeiro. En este sentido, los socios de la entidad acordaron en asamblea la adquisición de una parcela de 6.000 metros cuadrados en la parte baja de la masa forestal, a orillas del regato de Caldelas, conocido como Barbaña, y que discurre por un tramo de 10 kilómetros desde su nacimiento bajo Pena Corneira hasta su desembocadura en el río Avia, ya en Leiro.

"Neste terreo existen uns muíños que se atopaban abandoados e que estamos a restaurar co obxectivo de mellorar a contorna, xa que representa unha zona moi boa para o asentamento de especies coma é a londra, o martín peixeiro, o merlo de auga ou os que chamamos gaiteiros (libélulas)", señala Pablo Rodríguez, Oitabén, presidente del colectivo. Además, también fue aprobada la compra de otras dos parcelas, situadas en la parte alta del bosque, superando una de ellas, consistente en una "carballeira", los 4.000 metros cuadrados, y que están orientadas a la ampliación del hábitat de animales anfibios, como ranas, sapos o salamandras, entre otras especies.

Por otra parte, los voluntarios de Ridimoas instalaron recientemente un sistema de cámara oculta en lugares estratégicos del bosque, "a fin de poder facer un seguimento de animais como a garduña ou a algaria", apunta el responsable de la entidad. Al respecto, indica que "hai unha elevada mortandade destes animais debido a que se desprazan na procura de alimento e son atropelados nas estradas". Por este motivo, la asociación trabaja en la rehabilitación de los espacios que son propios de estas especies, y, así, evitar que abandonen el bosque.

Los socios de Ridimoas llevan a cabo durante estos días tareas de desbroce de la maleza, en prevención de incendios, y de colocación de bebederos para aves y mamíferos en las zonas altas del bosque, "para paliar a falta de auga que podan padecer no estío", comenta Pablo Rodríguez. El traslado del agua se realiza en garrafas portadas por un caballo.


El colectivo cumple en 2018 treinta años


La creación del bosque de Ridimoas, en Beade y con límites en los municipios de Leiro, al noroeste, y Carballeda de Avia, al oeste, se inició en el año 1976 con la adquisición de una primera parcela, en la que ya realizaban sus prácticas los alumnos de la Universidad Laboral de Ourense, coordinados por el profesor Pablo Rodríguez. Ya en 1988, se fundó la asociación como tal, y la superficie se fue ampliando paulatinamente hasta alcanzar las 500 hectáreas, si bien los trabajos de recuperación actuales se desarrollan en el 80% del terreno. El número de socios es de 1.025, que abonan anualmente una cuota mínima de 20 euros, según apunta su presidente. El bosque recibe visitas durante todo el año, la mayoría de personas de fuera de Galicia, destacando madrileños y valencianos, "que a veces tamén desexan incorporarse como socios e levan as guías do bosque que editamos", añade Rodríguez.

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