La compañía Telefónica desembolsó cerca de medio millón de euros desde 2008 para sufragar la reposición del servicio

Los robos de cobre dejan sin teléfono o luz a algún pueblo cada quince días

El tendido telefónico -en la imagen el de Carballiño- sufre en torno a los 40 saqueos al año. (Foto: J. PAZ)
La lucha contra el robo de cobre asumida por las fuerzas de seguridad en los últimos años, a través del llamado Plan Cobre, ha conseguido reducir el número de sustracciones aunque la incidencia continúa siendo importante.
La Guardia Civil, con competencias en el ámbito rural, en donde más se producen este tipo de sustracciones, está muy sensibilizada con una actividad delictiva muy fructífera para los ladrones -tiene una excelente salida en el mercado asiático-, pero cuyas consecuencias sociales son preocupantes: poblaciones enteras sin líneas telefónicas, electricidad o retraso de trenes, sin olvidar el riesgo que para los propios ladrones supone la manipulación del cableado, tal como destaca Amalia Baltar desde Unión Fenosa. Así, según los datos que maneja el Instituto Armado, en lo que va de año, ya han fallecido en España cuatro personas mientras intentaban manipular este meterial.

En la provincia, cada dos semanas algún pueblo se queda sin luz o telefóno si se tienen en cuenta el número de averías contabilizadas por las suministradoras del servicio (en el caso del teléfono entre 30 y 40 al año).

En los 11 primeros meses de 2013, el Instituto Armado contabilizó 78 sabotajes en instalaciones diversas para sustraer el preciado metal (en 2000 superaban con creces el centenar), de las que 35 se han esclarecido tras la detención de 12 personas. Estos robos han implicado la desaparición de nada menos que 30.000 metros de hilo de cobre.

Aunque el precio del kilo llegó a pagarse a seis euros, actualmente ronda los cuatro. La cotización no es ajena a las fluctuaciones de un mercado muy sensible a la demanda interna y externa: pasó de los 1.819 euros por tonelada de enero de 2000 a los 5.162 una década después o los 6.243 euros en enero del pasado año.

En la provincia de Ourense, las líneas telefónicas son las más afectadas. Los ladrones escalan los postes de madera con arneses y escaladores y cortan los cables que los unen con herramientas específicas o incluso hachas, amparados en la oscuridad de la noche. Según las fuerzas de seguridad, en una acción de estas características, desplegada en una hora a lo sumo, pueden conseguir hasta 1.000 metros y un quebranto para la compañía titular de las líneas de 6.000 euros. En la última operación en la que pillaron 'in fraganti' a una banda de cuatro rumanos, el pasado uno de septiembre, éstos consiguieron cortar 800 metros de cable entre el poste 42 y 67 de la línea entre Albarellos y A Salgueria, causando a Telefónica, una de las empresas más afectadas por esta actividad ilegal, un desembolso de 4.856 euros para costear la reposición.


ACUSACIÓN EN LOS JUICIOS

No en vano, los asesores jurídicos de la compañía tienen encomendado personarse como acusación particular en todos los procesos penales por robos con fuerza o hurtos para que todo el peso de la ley recaiga sobre los autores, invocando el grave impacto social y los estragos en un servicio considerado esencial (las telecomunicaciones) para la población. Así, según recoge un informe interno al que tuvo acceso este diario sobre los riesgos y responsabilidades ocasionados por la interrupción del servicio por robo de cables en la infraestructura telefónica, la corporación desembolsó entre 2008 y mediados del pasado año 412.016 euros tras los sabotajes de sus líneas.

Hasta el momento, el peor año fue 2010, con un total de 40 incidencias, alguna de la cuales tardó hasta 124 horas en ser reparada (un robo perpetrado el seis de agosto en Carballeda de Avia).

Según la información que obra en su poder, las acciones ilícitas más reiterativas se producen en la comarca de Monterrei (Berrande-Vilardevós-, Cualedro y Albarellos -Monterrei-). De todas formas, tienen constatación de incidencias en la inmensa mayoría de las centrales instaladas en la provincia, incluida la ciudad (las instaladas en Capitán Eloy y O Posío).El número de averías producidas por estos saqueos van a más: de las seis de 2008 se pasó a las 31 de 2011, 28 en 2012, aunque por medio quedaron anualidades de 40 (en 2010).

La líneas eléctricas, según atestigua la responsable de Comunicación de Unión Fenosa en Galicia, Amalia Baltar, apenas resultan afectadas en la provincia porque 'las de media y baja tensión son ya en su gran mayoría de aluminio'.Sí hay alguna relacionada con asaltos a centros de transformación particular por la existencia de cobre en las bases de la carcasa, si bien- recalca- 'son robos que abundan más en Castilla-León'.


EL MERCADO DEMANDA HIERRO

La exhaustiva inspección sobre los centros de gestión de residuos sólidos y chatarrerías que comporta el Plan Cobre desde su aplicación en 2006 a nivel nacional y que fue reeditado a finales del pasado año ha redundado en que los ladrones hayan encontrado una alternativa lucrativa en el mercado negro del hierro y la chatarra, una particularidad que ha comenzado a constatarse este año.

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