Blog | Usos y costumbres del verano

Cómo romperse los huesos

Puedo ayudarte. Si año tras año regresas al trabajo sano y te cruzas con todos esos compañeros con brazos enyesados, que les dan pie a contar sus emocionantes vacaciones, dejando a las compañeras más bellas con la boca abierta. Si a tu regreso, tus fotografías de lujosos yates no pueden competir con el colega que sonríe abriéndole la boca a un cocodrilo –tal vez eso explique la ausencia de sus brazos-. Si tu aventura de cómo perdiste las llaves en el Caribe no despierta interés alguno frente a la del compañero que cuenta que se tiró desde lo alto de un puente y lo hizo sin más sujeción que unas alas de plástico –tal vez eso explique su ausencia de sus dientes-. Si estás harto de lo anodino de tus vacaciones y de que el centro de atención sean siempre los demás colegas, puedo ayudarte a partirte la crisma este verano.



PARAPENTE

La industria del parapente nació financiada por la Asociación Mundial de Odontólogos, como forma de asegurarse el futuro. Muy pronto contó con entusiastas. Los tipos que antaño empujaban a sus enemigos por la ventana, encontraron en el parapente una forma elegante de desprenderse de los más molestos. Ellos animan a todos sus enemigos a tirarse montaña abajo. Aseguran que eso hace que te olvides del estrés. Muchos terminan arrojándose, al sentir el aguijón de la curiosidad. A veces logran sobrevivir y entonces se dan cuenta de la artimaña y se comen vivos a quién les dijo que la experiencia sería inolvidable. Y eso que, en efecto, lo es.

El parapente no tiene vuelta atrás. Algo que nace de una mentira no puede acabar bien. Se origina como una mejora del paracaídas tradicional, pero lo cierto es que un paracaídas que incita a miles de aficionados a lanzarse al vacío no es exactamente un para-caídas, sino más bien un alentador-de-caídas.

El parapente es el sueño del hombre-pájaro porque teóricamente puedes dirigirlo. Supongo que es una experiencia divertida, pero sólo en la medida en que puede ser divertido entrar por el tejado en una casa de campo con el rostro pálido protegido por los codos y un montón de cristales enredados en la ropa.

Si Dios quisiera que los hombres volaran los habría dotado de alas.



CAÍDA LIBRE

Para practicar este deporte debes lanzarte desde una aeronave. Es muy recomendable hacerlo mientras estás volando porque si lo haces antes de que despegue te romperás la muñeca contra la pista de aterrizaje y harás bastante el ridículo.

Lo importante en la caída libre es dejarse caer desde muy alto y llevar paracaídas. Si no llevas paracaídas, la caída libre no hay quien la pare y terminarás… bueno, súbete a la mesa del comedor y prueba a lanzar un huevo contra el suelo si quieres hacerte una idea.

Llegado el momento oportuno –desconozco cuál es-, debes abrir el paracaídas y recibir lo que podría denominarse un “trompazo controlado” contra el planeta Tierra. Si lo repites cinco o seis veces durante el verano, te acabarás rompiendo un montón de cosas. ¡Hay cientos de huesos interesantísimos por descubrir! Si el descenso se produce sobre la superficie lunar o cualquier otro planeta, vete preparando la demanda para el fabricante del GPS.



WINDSURF

Lo más difícil del surf es no caerse de la tabla, así que el windsurf te proporciona algo a lo que agarrarte. No obstante, cuando te desmoronas, también te cae encima la vela, lo que garantiza aparatosas y divertidas contusiones.

De todas formas, salvo que logres salir despedido contra un montón de rocas, y te muerda el culo una morena –pez-, no creo que impresiones a tus colegas del trabajo con las lesiones que te producirá esta práctica deportiva. Es algo así como romperse el ligamento cruzado jugando al golf. No impresiona.



SENDERISMO

El senderismo es un deporte de aventura, una práctica modernísima que a nadie se le había ocurrido hasta ahora, y que consiste en caminar por el monte.



LAS REBAJAS

Si realmente quieres romperte un montón de cosas, recibir empujones y pisotones, e incluso algún mordisco, ponte en primera fila justo antes de la apertura de la tienda, el día señalado para el comienzo de las rebajas.



PUENTING

Se trata de practicar la caída libre, pero amarrado a una cuerda elástica. Para romperte la crisma deberás calcular mal la elasticidad y longitud de la cuerda, la distancia de caída, y el resto de seguridad que debería quedar hasta el suelo en el momento de máxima elasticidad. Si quieres calcularlo de la peor manera posible, pide ayuda al ministerio de Fomento.



RAFTING

Mete a un montón de chicos en una zódiac con remos de juguete. Ponles casco de ciclista. Tíralos a favor de la corriente por los rápidos de algún río. Si se mata alguno, estaban haciendo rafting. Si llegan todos sanos y salvos, estaban haciendo deporte en el río.



INCIDENTES CON ANIMALES

Si de verdad deseas asombrar a tus amigos, y hacer que las chicas más guapas te presente atención por tu valentía este verano, prueba a dejarte morder o aplastar por algún animal peligroso. Sobrevivir a la mordedura de algún bicho venenoso impresiona muchísimo en la oficina. La mordedura del jefe no cuenta.



ESQUÍ ACUÁTICO

Durante el verano, muchos aficionados al esquí –ese deporte que consiste en que se meta nieve en la ropa interior al tiempo que se te chamusca la nariz- se cambian al esquí acuático. Es el único deporte en el cual un loco que lleva esquís pone su vida en manos de otro loco, que conduce a gran velocidad una motora arrastrando al deportista a tal velocidad que logra hacerlo resbalar sobre la superficie. Si además de magullarte, quieres salir en los periódicos en las páginas de Sucesos, prueba a practicar esquí acuático agarrado a un parapente. Y hazte un selfie. Póstumo.

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