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Un “barreirista" y cinco Dodge

Ourense 11/9/2017, Coleccion coches clasicos
photo_camera Alfonso Vázquez, ayer junto a tres de los vehículos que guarda en la nave de Quintela. (BELAY)

Los hay que tienen cinco perros. O gatos. O un loro. O que se gastan los cuartos en partidos de la Liga de campeones. Y los hay como Alfonso Vázquez, al que le pueden los Dodge. Ya tiene cinco y el sexto está al caer.

Todas las noches paro en el garaje y me fumo un cigarro delante de ellos, de mis niños". Que nadie se asuste, lo que Alfonso Vázquez llama sus niños son en realidad cinco coches modelo Dodge de entre 1965 y 74. Porque la historia de amor de Alfonso con estos vehículos nace a raíz de su pasión por el ourensano Eduardo Barreiros. ¿Cómo dice? "Lo que escucha. Le voy más lejos, si estos Dodge no los hubiera fabricado él yo ahora no tendría ninguno. ¿Qué admiraba de él? Lo primero que era ourensano, pero sobre todo que empezó de cero, como mis padres. No, no mantengo contacto con la familia, sólo con su hija Mari Luz. Pero soy 'barreirista", reseña.

Una admiración que se le escapó levemente de las manos en aquellos tiempos de adolescencia... "Ahora me da no se qué decirlo, pero para nosotros los Pegaso representaban el gran enemigo de los Barreiros, la competencia desleal, eran como Madrid y Barcelona ahora en el fútbol. Les tirábamos piedras incluso, no le digo más", recuerda.

Aquellos Dodge que parecían de hierro. "Fíjese, veraneábamos en una playa pequeña de Pontevedra. Le estoy hablando de los 70. Nos venía a buscar un taxista en un Dart. Ahí comenzó mi historia de amor con estos coches". 

Una fortaleza sin embargo que quedó en nada cuando el asesinato de Carrero Blanco. "Ese era un 3.700, ya sabe usted la cancioncilla de aquellos tiempos, 'nació en la tierra, vivió en el mar y subió al cielo en un Dodge Dart. Pero nunca fue cierta, no era un Dart, era un 3.700. A cada uno lo suyo", puntualiza.

Decorador de interiores

Porque pese a lo que pueda parecer, Alfonso no es piloto de nada. Bueno sí, de su carpintería en Quintela, allí donde guarda los coches. Alfonso es decorador de interiores. Y dueño de un bar, Acceso Centro, en la rotonda de Vistahermosa, registrado como club barreirista de Galicia. "Allí nos juntamos amantes de las coches y también de las motos. Lo pasamos bien", remarca.

Y Alfonso tiene familia, dos hijos, Senén, de 22 años, y Beatriz, de 20. "La chica ha heredado mi pasión, el chico no tanto", asegura.

Le pongo en un aprieto si le pregunto qué es lo primero en su vida, ¿verdad? "Uf, un poco je je. Lo primero son mis hijos, claro está, pero los coches están ahí ahí. Lo que sí le digo es que me quitan mucho tiempo de estar con la familia entre concentraciones, eventos... En cuanto puedo me escapo", responde.

"Hace poco estuve en Madrid con dos ingenieros que trabajaron codo con codo con Eduardo Barreiros, Mario Gumarra y Juan Gayá. Tienen 90 años. Me gustan las historias que te cuentan", subraya.

¿Circulan estos coches o los tiene ahí expuestos en plan museo? "Por supuesto que circulan, el domingo aún estuve dando vueltas por Ourense con uno de ellos. ¿Cuánto me cuestan? Depende, entre ocho y doce mil euros. Son cinco, cuatro Dodge Dart y un 3.700", detalla.

"A mí me gustan los coches como salen de fábrica, por eso no les he puesto cinturones de seguridad en los asientos de atrás. Delante sí los tienen", refiere Alfonso, que no esconde que este pequeño lujo sale caro porque "en España sólo hay dos personas a las que recurrir por piezas de carrocería de estos coches, una está en Murcia y la otra en Villalón de Campos, en Valladolid", relata.

Hagan hueco, llega otro

¿Qué va a ser lo próximo? "Un Dodge Dart GLE del 66, ya lo tengo localizado. Estar en el Club Dodge España tiene sus ventajas, saben que me pierdo por estos coches y me llaman. Soy el único ourensano y casi diría que gallego también. Uno de los coches me lo trajeron de Elche, otro de Madrid, otro de A Estrada, uno más de Palencia y el último de cerca de Vilamarín".

¿Se imagina muy mayor coleccionando más y más Dodges? "No llego a imaginármelo, lo que sí le digo es que voy a seguir con esto mientras el cuerpo aguante", finaliza. 

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