Opinión

Un día blanco y crespo

Afirmó Pablo Crespo que cuando él era secretario de Organización del PP gallego los sobres eran una fórmula de uso corriente entre los dirigentes del partido para compensar la pérdida de poder adquisitivo por su salto a la política. No quiso dar nombres pero metió a periodistas en una nómina de agraciados que conocían tanto Xosé Cuiña como Manuel Fraga, aunque ellos no alargaban la mano. Y si alguien de las alturas no se enteró de lo que sucedía fue porque prefirió mirar para otra parte, que es otra forma de ser cómplice sin querer la culpa. Condenado a más de 55 años por la trama Gürtel, el número 2 de la banda reconoció que las campañas electorales gallegas se financiaban en negro, fórmula con la que intentó salpicar "al PSOE y al BNG, según decían los empresarios". 

Pablo Crespo indicó que no conoce personalmente a Alberto Núñez Feijóo, y nada más terminar su declaración en la comisión de investigación sobre la financiación irregular del PP que se está celebrando en el Congreso, el portavoz de En Marea, Luís Villares, se apresuró a elevar públicamente la sospecha hacia Romay Beccaría. Aunque el dedo puede ser políticamente comprensible, porque Romay siempre ha estado en todas las salsas, también es recomendable escuchar a Fernando Blanco, exconselleiro de Industria con el BNG durante el Gobierno bipartito. 

Ocho año después de su imputación por la jueza Pilar de Lara en el rebumbio del caso Campeón, la Audiencia de Lugo acaba de decretar el archivo del procedimiento. "A mín o que me resarciría sería que non lle volvese suceder a ninguén", dijo, al tiempo que recomendó reflexionar sobre el gatillo rápido con la petición de dimisiones. Siempre pareció de fiar. 

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