ESTUDIO

La Universidad de Vigo vuelve a la Antártida en dos semanas

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photo_camera La base Gabriel de Castilla, en la Antártida, recibirá en febrero a los investigadores vigueses.

Los científicos gallegos estudiarán los efectos del cambio climático sobre las macroalgas en la zona

Científicos de la Universidad de Vigo y de la Universidad de Santiago trasladarán su trabajo de investigación a uno de los laboratorios naturales más privilegiados del mundo, la Antártida. Mariano Lastra, Jesús Souza Troncoso y Jesús López, del Departamento de Ecología y Biología Animal, junto con el profesor de la USC Manuel García, partirán al continente helado el 3 de febrero y llegarán a la base del Ejército de Tierra Gabriel de Castilla, en la Isla Decepción, el 10 de febrero. Desde ese momento y hasta el 12 marzo realizarán en esta isla trabajos de campo y experimentos de laboratorio para conocer los efectos del cambio climático sobre las macroalgas de esta zona polar. Concretamente, en esta campaña se centrarán en estudiar el impacto de la actividad geotérmica sobre los procesos de descomposición de la materia orgánica almacenada en la línea de costa y los efectos del cambio climático sobre el metabolismo de las especies antárticas. Como explica el coordinador de esta iniciativa, Mariano Lastra, esta es la segunda y última estancia en la Antártida al amparo de un proyecto estatal de tres años de duración y con un presupuesto de 50.000 euros que se enmarca dentro del programa científico nacional de la XXX Campaña Antártica.

En la pasada campaña, desarrollada en febrero de 2016, los científicos gallegos se centraron “en experimentos de manipulación de en medio natural destinados a valorar el efecto del calentamiento global asociado al cambio climático sobre la bioquímica de los intermareales sedimentarios”, como explica Mariano Lastra. Algunos de los resultados obtenidos fueron presentados en el 7º Congreso Japonés de Investigación Polar a comienzos de diciembre, aunque el análisis del material que los investigadores trajeron a Vigo en la pasada campaña no remató. En esta nueva expedición polar, los científicos volverán a trabajar en la Isla Decepción, que en realidad es la parte superior del cráter de un volcán en activo situado en el archipiélago de las Shetland del Sur, el cual registró su última gran erupción en 1969. En esta ocasión, el trabajo de los investigadores gallegos se desarrollará en la Bahía Telefón, una zona con aguas termales y fumarolas, a diferencia de la Bahía Foster en la que trabajaron en la pasada campaña, y cuyas playas no eran calientes. Una de las hipótesis de partida de su proyecto es que tanto las elevadas temperaturas como los gases emitidos por la actividad volcánica que caracteriza esta zona afectan a los procesos ecológicos y biogeoquímicos asociados a la descomposición de la biomasa de macroalgas que las mareas depositan en grandes cantidades en las playas de la isla. En este planteamiento continuarán trabajando en esta campaña, ya que cómo indica Lastra las muestras obtenidas en la pasada campaña y ya procesadas “están ofreciendo datos muy interesantes sobre la biodiversidad de zonas calentadas geotermicamente”.

Las muestras son muy delicadas y necesitan una cadena de frío constante de -20ºC y cualquier contratiempo puede dar al traste con el trabajo de toda una campaña”, explica Mariano Lastra. En este sentido, el tiempo que pasa una muestra desde que sale de los congeladores de la base hasta que llega al Hespérides debe ser el mínimo posible, y una vez a bordo vuelve a congelarse a -20 e así llega a Cartagena tras un mes de navegación. El último paso se hace por carretera hasta los laboratorios de la Facultad de Ciencias do Mar, un proceso muy delicado que precisa el cuidado de todos los actores. 
 

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