Opinión

Verdades sobre derechos humanos

Hay que observar cómo actúan las policías de nuestro entorno europeo cuando se enfrentan a tumultos, huelgas con alguna violencia o conciudadanos que les desafían cuando les piden la documentación: a su lado la Policía Nacional y la Guardia Civil presentan una delicadeza y un respeto a las leyes que sorprenden a los extranjeros. Incluso las intervenciones de la Policía Nacional del 1 de octubre en diversos centros de Cataluña para evitar el falso referéndum separatista, provocaron un solo herido grave, que perdió un ojo de un pelotazo después de atacar a los agentes con vallas metálicas.

Las leyes españolas son magnánimas, incluso el aparentemente duro Código Penal, al que el buenismo político y de influyentes medios informativos le declararon la guerra pidiendo ablandarlo. Por eso quieren eliminar la prisión permanente revisable, existente en países que siempre hemos presentado como ejemplo, como Alemania, Italia, Reino Unido o  Francia, que tienen con cadena perpetua algunos presos especialmente brutales, y que en España estarían ya libres. Ahora una comisión de siete miembros -de los 47 del Tribunal Europeo de los Derechos Humanos- presidida por Luis López Guerra, exdiputado de la Asamblea de Madrid y alto funcionario socialista con Zapatero, ha condenado a España por imponerle una multa a un independentista catalán que quemó públicamente una foto del rey.

 Y nos dejamos avergonzar ingenuamente: en 2017 España tuvo seis condenas similares del mismo Tribunal, siendo la mitad que Suiza y que Francia, casi un tercio que Alemania, un cuarto de Austria, un sexto de Grecia, un quinto de Italia… Y sorpréndase: al contrario que España, esos países, simplemente, suelen ignorar las sentencias y seguir adelante: por lo general se condenan pequeñas causas; casi nunca aparecen infracciones graves de los DDHH.

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