REPORTAJE

La vista corre peligro en verano

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photo_camera Las gafas de sol deben estar debidamente homologadas para que cumplan correctamente su función.

Una mala elección de gafas de sol, junto con los efectos nocivos del aire acondicionado o del cloro y las bacterias que pueden encontrarse en las piscinas ponen a prueba nuestros ojos

Con la llegada del verano y del sol -que aunque está tardando, aseguran las predicciones meteorológicas que llega este fin de semana-, se apuntan desde el Colegio de Ópticos-Optometristas de Galicia una serie de recomendaciones para evitar diversos problemas relacionados con la temporada estival. El primero de ellos, referido al uso de las gafas de sol, que según subrayan desde el Colegio, "deben estar debidamente homologadas", por lo que no se recomienda comprarlas "en la calle en los puestos de baratillo, ya que suelen ser falsificaciones y carecen de los filtros necesarios para retener la radiación ultravioleta". Gustavo Manuel López, de Centro Óptico Couto, recuerda que las gafas de sol que se venden en los establecimientos especializados "contienen un filtro especial que protege de esos rayos ultravioleta, que son muy nocivos cuando impactan en la retina, que es la que nos proporciona calidad de visión", así que cualquier afección puede provocar alteraciones en esa retina "o incluso en el cristalino, provocando cataratas".

A este aspecto, añaden desde el Colegio de Ópticos que "si la persona tiene problemas refractivos deberá utilizar gafas de sol graduadas, completando esta protección con el uso de una gorra o sombrero para que los ojos siempre estén a la sombra".


Lista amplia


La lista de posibles afecciones en los ojos en la temporada estival es amplia y va de las simples infecciones a conjuntivitis, irritación, fotoqueratitis (quemadura de la córnea), cataratas, degeneración macular u ojo seco.

Respecto a esta último dolencia, hay que tener especial cuidado con el aire acondicionado, evitando que nos dé directamente en los ojos, porque esto provocaría una reducción del líquido lacrimal. Según explica Gustavo Manuel López, "la lágrima nos protege de cualquier germen del exterior y además permite, a través del parpadeo, que el ojo esté permanentemente lubricado". Si uno se sitúa frente a un ventilador o el aire acondicionado, "así como frente a una pantalla de ordenador o de televisión durante mucho tiempo", añade, se produce esa disminución de lágrima y sequedad ocular.

Por otra parte, el Colegio de Ópticos-Optometristas recomienda "realizar convenientemente el mantenimiento y limpieza de los sistemas de ventilación", porque en caso contrario se puede favorecer "la aparición de infecciones" de todo tipo.


Gafas de baño frente al cloro y las bacterias


Otro de los aspectos que hay que cuidar para preservar una perfecta salud ocular en verano es la utilización de gafas de baño cuando se vaya a disfrutar de la piscina, para protegerse tanto de los efectos del cloro como de las posibles bacterias que puedan existir en estos espacios de ocio.
Unas gafas que incluso "pueden ser graduadas, que son grandes desconocidas para muchos pero también las hay", explica Gustavo Manuel López.
En la playa también es fundamental, según destacan desde el Colegio de Ópticos de Galicia,  estar pendiente de que los niños se laven las manos a menudo, porque si se frotan los ojos con las manos sucias de jugar en la arena es fácil sufrir una infección. Otro posible peligro es la entrada de cuerpos extraños en el ojo, que en caso de producirse los expertos recuerdan que no hay que frotarse los ojos, sino lavarlos inmediatamente.

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