Opinión

Vuelve la crisis roja

Mucho tiempo hacía que la selección española no afrontaba su participación en un Campeonato Mundial de Fútbol tras un monumental escándalo previo. Hasta que no hubo triunfos sonados que nos hicieron soñar al compás de los goles trascendentes de Torres e Iniesta -por recordar dos gloriosos ejemplos- el combinado nacional contaba sus concursos en citas mundialistas por broncas y desafortunados sucesos, y cuando no era la finca la “Martona”, que se convirtió en un agobiante presidio para la expedición nacional al Mundial de Argentina, era el comportamiento de ciertos árbitros que nos echaron de la competición a golpe de silbato como ocurrió con el codazo de Tassoti a Luis Enrique en Estados Unidos, o el vergonzante arbitraje ante Corea con aquel gol en la prórroga  anulado a Morientes que el colegiado invalidó por suponer que el centro de Joaquín se había producido con la pelota rebasando la línea de fondo.

A esta nueva cita de Rusia acudimos con el marchamo de favoritos, pero la manifestación pública de que Lopetegui será el próximo entrenador del Real Madrid ha vuelto a generar un contratiempo ajeno a la agenda de competición y ha desencadenado una situación de crisis resuelta por el nuevo presidente con la fulminante destitución del seleccionador nacional y su sustitución sobre la marcha por Fernando Hierro a pocas horas de debutar en el campeonato. La maldición se recupera y España se apresta a participar en el certamen en un clima de tensión e incertidumbre que probablemente podría haberse ahorrado de producirse una gestión más acertada de un suceso que no tendría que despertar tantos resquemores.

El nuevo presidente de la FEF se estrena en el despacho con un episodio caliente. Es muy probable que si a Lopetegui le hubiera fichado la Real Sociedad para incorporarse la nueva temporada la situación sería distinta. Pero es el Madrid, y si la gestión del fichaje no ha sido acertada por parte madridista, sospecho que el comportamiento de Rubiales tampoco ha sido el mejor y está manejado por la ira que es una consejera detestable. Lopetegui podría haber sido advertido y abroncado, pero no cesado. Ya veremos cómo acaba esto.

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