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Xosé Benito Reza: “El Xurés es un diamante en bruto que habría que tallar ya"

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photo_camera Xosé Benito Reza.

La historia del Parque do Xurés está fuertemente vinculada a la figura del que fue su padre y protector, Xosé Benito Reza.

La historia del Parque do Xurés está fuertemente vinculada a la figura del que fue su padre y protector, Xosé Benito Reza.

¿Dónde estaba hace 25 años?

Viviendo uno de los momentos más bonitos y felices de mi carrera. La declaración fue una gran satisfacción porque era un proyecto que yo tenía en mente desde los años 70, cuando me enteré de la declaración del Parque Nacional Peneda-Gerês y se me metió en la cabeza hacer algo parecido en este lado de la "raia". 

¿De quién se acuerda?

Del equipo técnico cuya labor hizo posible aquella declaración pero, de forma especial, hay cuatro personas que nos ayudaron mucho y fueron decisivas: Luis Braga da Cruz (presidente de la región Norte de Portugal), Tito Costa (director del Peneda-Gerês), Plácido Álvarez (alcalde de Muíños) y Antonio Ferreira (exregidor socialista de Lobios). Con el trabajo bien hecho, unos años después, logramos el Interreg II que nos aportó los fondos europeos para arrancar el parque y, con dinero de medio ambiente, hicimos un montón de cosas en favor de la gente. Ahora, a la vista de todo aquello, considero que el Xurés es un diamante en bruto que habría que tallar despacio y con cariño, con la complicidad de los portugueses y con el apoyo de la población local, que son los propietarios del parque.

Si hoy regresase a esos pueblos que tanto visitó para lograr el apoyo vecinal, ¿qué cree que le dirían?

Que no están contentos y que esto se ponga en marcha ya. Cuando se creó el parque se trabajaron dos vertientes, la de conservación de la naturaleza y el campo socioeconómico, buscar recursos para una zona aislada, deprimida, fronteriza y con los mayores índices de despoblación y envejecimiento.

Fue su primer director, ¿volvería?

La gente del Xurés me aprecia mucho, aún me siguen llamando para asesorarles y eso es una gran satisfacción. Cada vez que voy allí, me dan ganas de llorar. Estaría encantado de volver antes de jubilarme.

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