Los aficionados del Río Ourense Termal se despidieron de sus jugadores en un encuentro marcado por la emotividad de una temporada para recordar
Parecía que no se iba a terminar nunca, pero la temporada como local del Río Ourense Termal llegó a su fin ayer.
Digna de una película histórica, en la que el héroe avanza ante las adversidades hasta conquistar el objetivo, el equipo entrenado por Gonzalo García de Vitoria fue capaz de protagonizar la machada de lograr la permanencia y coquetear con los puestos de play off de ascenso cuando todos, o prácticamente todos hacíamos cuentas con el descenso.
Por eso, ver las gradas del Pazo Paco Paz llenas en la despedida del equipo, volcadas como desde el inicio de la temporada con la ciudad hacen confiar en que el año pasado será todavía mejor, aunque esperemos que un poco más tranquilo.
Resta un encuentro y a pesar de la derrota de ayer, la calculadora y la libreta para echar cuentas ya están en el cajón y toca disfrutar de 40 minutos más de baloncesto de calidad antes de permitir que la plantilla se vaya de vacaciones.
La lástima es saber que haremos los viernes alternos hasta el mes de septiembre de este año. Acostumbrados a alargar la temporada un poquito (un bastante) más, tocará seguir los play off por la tele, con la certeza de que en la campaña 2018-2019, el Río Ourense Termal estará de nuevo en la LEB Oro peleando con los mejores equipos de la categoría.
La temporada será inolvidable, disfrutemos de ella hasta la última canasta.
