Opinión

Los hackers como arma ofensiva de Putin

El viejo espía de la KGB y actual presidente de Rusia, Vladimir Putin, ha descubierto que los hackers le pueden servir como armas de primer orden para su perturbadora política exterior. Desde las pasadas elecciones norteamericanas hasta los movimientos independentistas que se suceden en Cataluña, los hackers rusos han ido adquiriendo una importancia creciente hasta convertirse en pesadilla. Aparecen de distintos modos: como nebulosas de desinformación, dando noticias falsas, hackeando documentos secretos o bloqueando redes. De la URSS heredan lo que se llamó “Kompromat”, usar la información política o moral para desacreditar a una persona con el fin de dañar su imagen y chantajearla. Hay varios casos en los que sembraron de fotos de pornografía infantil los ordenadores de los críticos y disidentes. Los chinos fueron los primeros en utilizar los hackers para el espionaje industrial, trataban de conocer las novedades de los desarrollos tecnológicos para copiarlos. Algo comprensible y, si se quiere, inocente. Después vinieron los rusos y de inocencia nada, los utilizan para el juego político, al servicio de sus estrategias de poder y destrucción de los esquemas de sus adversarios. 

El escándalo saltó cuando se supo que habían espiado la campaña del Partido Demócrata y de su candidata a la presidencia, Hillary Clinton. Entraron en sus ordenadores, donde encontraron un arsenal para disparar sobre ellos favoreciendo al otro candidato, Donald Trump. Aparte de esto anegaron el paisaje informativo con un diluvio de noticias falsas, aparte de acusarla de utilizar su correo privado para temas públicos. Alrededor del asesinato del embajador estadounidense en Siria tejieron una tupida red de mentiras. No cabía duda de que en Moscú caía mal su candidatura, al fin y al cabo era partidaria del fortalecimiento de la Unión Europea y de poner escudos frente al expansionismo ruso. En la etapa anterior, el expansionismo soviético tenía una enorme carga ideológica, en la actualidad se propone convertir Rusia en una gran potencia aunque para ello tenga que apoderarse de Crimea o del Este de Ucrania. La cosa es más grave si pudo haber desviado una considerable cantidad de votos a favor de Trump, hay analistas que lo creen. 

Al grupo de hackers al servicio de Putin se les conoce como The Duques. Durante la campaña de las presidenciales francesas, el grupo ruso Pawm Storm fue denunciado por los asesores del candidato presidencial Emmanuel Macron de ataques cibernéticos a sus ordenadores, también algunos les acusaron de haber deslizado noticias falsas en torno al candidato. Los rusos apostaban por la ultraderechista Le Pen. Lo curioso es que también han aparecido en la crisis catalana, apostando a favor del independentismo como también hizo su acolito Assange. Quien está moviendo los hilos en el caso catalán es Alexander Yonov, un abogado que lidera el Movimiento Antiglobalizador Ruso, y su principal actividad consiste en fomentar los movimientos de secesión en los países donde aparecen esos fenómenos. Es curioso que eso se haga desde un país que prohíbe con penas de cárcel la sola defensa de la autodeterminación.

 El objetivo de Putin con estas políticas no es deteriorar a España, sino a Bruselas y a la Unión Europea. Iremos viendo a los hackers rusos moverse en otras geografías agitadas por el independentismo. 

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