Os sobra corazón chavales. Una vez más, vosotros, la afición del COB, los fieles, los de toda la vida, volvisteis a ocupar prácticamente una grada del Universitario de Lugo. No esperaba menos.
Tengo que reconocer que por momentos me disteis envidia y no pude resistirme a visitaros antes del partido y durante el descanso, fue como volver a la época de aficionado. A veces los colores me pueden y no puedo ser objetivo, no es el momento.
En tierra hostil volvisteis a haceros notar. Sobre el mar azul celeste lucense os convertisteis en la boya sobre la que se apoyó el equipo en los momentos más complicados, esos en los que el Breogán intentó romper un partido que siempre dominaron, es la verdad.
Esos jugadores, los que tantas alegrías os han dado durante la temporada, os necesitan más que nunca. El domingo, cuando se reúnan de nuevo antes del partido para hacer piña tienen que notar vuestras manos también, como si fuese la del sexto jugador del equipo. Se lo merecen.
Seguramente como aficionados os fuisteis tristes a casa pero hay que reponerse, queda mucho. Haced memoria y pensad en el primer ascenso contra el Caja Madrid, el de los 80, el de las fotos en blanco y negro que tan buscadas andan por las redes sociales. Aquel play off el Club Ourense Baloncesto se lo jugó todo a una carta y salió cara contra aquel combativo Caja Madrid. ¿Por qué no una segunda vez? ¿Por qué no pensar que la eliminatoria puede volver al Paco Paz y demostrar que el equipo se merece la matrícula de honor a un año sobresaliente? El domingo tiene que haber otro desembarco, con o sin autobuses extra. Es una cuestión de corazón y orgullo, de reconciliarnos con nuestro pasado después de muchos años en el infierno. Lo merecemos.
