Opinión

Lola Flores, Rajoy y Sánchez

Los dirigentes del PP y del PSOE no coincidieron en Ourense por poco. Se perdió el "Pacto das Termas". 

Nunca tuve a Lola Flores como una persona entre cuyas múltiples virtudes que le adornaban estuviese la de ser merecedora de ocupar un sillón en la Academia. Ni lo pretendía, lo sé. La Faraona, con los deberes con Hacienda a medio hacer, dijo en el juicio celebrado contra ella en 1989 por deudas con el fisco entre 1982 y 1985 que "no sabía que esto podía tener tanto castigo para una persona que no tiene dinero". Es una forma defenderse como otra cualquiera. Imploró que se la creyese y proclamó que "la verdad siempre sale a flote como la gota de aceite en el vaso de agua". 

No le valió de nada pero, efectivamente, el aceite y el agua se repelen. Son elementos antagónicos, no hay mestizaje que valga con ellos. Como Mariano Rajoy y Pedro Sánchez, vamos.

Creo que en su mala relación (me refiero a Rajoy y Sánchez, agua y aceite por lo tanto) hay ya un componente personal. No se soportan, se caen mal. Saben, en el fondo, que tienen puntos en común, pero niegan que las coincidencias tengan entidad suficiente como para entenderse. Ambos estuvieron en Ourense en días diferentes, tal vez para no coincidir. Qué pena. Cruzarse en el hall del hotel, coincidir en el Paseo de las Ninfas de caminata, compartir un baño en Outariz para curar esa inquina que se tienen, bajarse un godello o ribeiro a modo de quitapesares, un pulpo á feira, incluso unas cañas del Cerviño; o remansar los ánimos en el catamarán de la Ribeira Sacra. Qué pena que no hayan cuadrado sus agendas. El influjo de esta tierra hubiese propiciado el "Pacto das Termas" que desbloquease el carajal del país. Qué lástima. 

Ya me estaba imaginando en letras capitulares en los libros de Historia el nombre de Ourense como el lugar en el que se derribaron los recelos de los grandes partidos y se evitaron las tercera elecciones. Los chavales estudiarían el "Pacto das Termas" como si fuesen los Pactos de La Moncloa, los Pactos de Dios en la Biblia o, ya que están de moda de nuevo, los Pactos de los Toros de Guisando. Pero no ha sido posible, el agua y aceite se repelen, como habíamos dicho. A este paso a muchos de los simpatizantes o electores en potencia de Rajoy o Sánchez les va apetecer emular también a Lola Flores y decirles a ambos lo que ella proclamó cuando espantó a los miles de espontáneos que iban a la boda de su hija Lolita: "¡Si me queréis, irse!"

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