Opinión

Solidaridad rima con velocidad

Vino retrasada este año la Navidad, con su dosis de preconcebida bonhomía. Han quedado algunos ejemplos de ternura y solidaridad que, como el reprís, llegan muy pronto pero se van pitando.

Lunes, 7 - Que nada perturbe los días señalados

Una enfermera a media jornada tiene bajo su cuidado a 60 ancianos en la residencia de la tercera edad de Trives, dependiente de la Mancomunidad de Concellos, que lleva más de ocho años sin funcionar. Cosas de políticos, ya saben. Una auxiliar de clínica y una ayudante preparan y dan la medicación a los internos. Ante cualquier contingencia asumen toda la responsabilidad. Una de las auxiliares, ante la patología de un interno, decide si procede llamar a un médico. Las dos deben levantar, asear, dar de comer, acostar y prestar todos los cuidados a los ancianos, parte de ellos con graves problemas de movilidad. La directora del centro dice que la situación es aún peor de lo descrito. El propio personal guarda silencio, un mutismo que contagia a familiares, gente del pueblo y otros colectivos del entorno, incluyendo los sanitarios. "Todos pasamos delante de una injusticia, delante del horror y miramos para otro lado, no sea que nos salpique". La narración de los hechos resume un escrito del médico Pablo Deramond, que tuvo que prestar sus servicios en la residencia trivesa. Las palabras entre comillas son afirmaciones suyas. Los alcaldes de la zona dicen que la situación viene de lejos. La Región contó esta historia el domingo, con una nueva entrega el lunes. Hacía frío ese día, la noticia era gélida, pero salió el sol. Era día de Reyes, los niños jugaban con sus juguetes tirados en la alfombra. Todavía quedaba confeti en las esquinas, turrón en la comisura de los labios, los efectos de la resaca de la noche de Reyes todavía se hacían notar. La escarcha del frío mañanero dejaba las huellas de las carrozas de regreso a Oriente, con los Magos muertos de cansancio y somnolientos. Las tiendas anticipan el frenesí de las rebajas esperando escuchar el crujido de la tarjeta de crédito, descolorida de tanto uso. Todo era felicidad extramuros de la residencia de Trives. ¿Qué importa lo que hay dentro? 

Martes, 8 - El regalo, pero con unos días de retraso 

La Navidad no tiene por qué ser puntual. Si juega al despiste se cuela bien entrado enero, como aquella canción de Sabina, "más raro fue aquél verano en que no paró de nevar". Una Navidad de Dickens puede sorprender en cualquier momento, con algún personaje abonado a la buena obra. Decía el escritor británico que "solo es Navidad una vez al año, lo cual, por desgracia, es cierto, pues si todo el año fuera Navidad nuestro mundo sería un lugar mucho mejor". Se había ido ya el 6 de enero, pero no todos los pajes de los Magos hicieron la maleta. Nieves Quintairos y Pablo González, ambos enfermeros, consiguieron foto de portada porque habían entregado un preciado regalo navideño a un hombre que pasaba por la plaza de Paz Novoa: la vida. Había perdido la consciencia y entre ambos lograron reanimarle. Este acto reflejo casi adquiere carácter de heroicidad. Sus conocimientos y destreza han sido útiles aún fuera del centro sanitario donde trabajan. A diario cientos de profesionales traen el mismo regalo: permiten seguir viviendo. Conviene recordarlo en los tiempos que corren, de sanitarios vilipendiados o que no son reconocidos. Ellos sí que traen la Navidad todo el año, no Charles Dickens.

Miércoles, 9 - La solidaridad rima con velocidad

La solidaridad es como el reprís de los coches, instantáneo y eficaz; como la espuma del café, cremosa y hasta estética. Una familia de Taboadela siempre merodeó por el abismo de la indigencia, pero fue sorteándolo con dignidad. El fuego les llevó de la pobreza a la miseria, contaba el acertado titular de portada que resumía el abatimiento de Nazaret y Noelia, de 27 y 32 años, que perdieron sus enseres (una caravana) en un incendio. Sus rostros evidencian que, efectivamente, las cosas siempre pueden ir a peor. La noticia despertó una oleada de apoyo vecinal traducido en la apertura de una cuenta bancaria, la entrega de ropa, algún que otro utensilio y la transmisión de cariño, que no da de comer, pero alimenta. El Concello de Taboadela, con la anónima insensibilidad que caracteriza a la plúmbea burocracia, les ofrece una vivienda, pero en Carballiño. El caso ha venido deslizándose por las páginas del periódico, pero acabará por caerse de ellas al pasar el tiempo. La solidaridad es como el reprís de los coches, permite acelerar, pero lo importante es la velocidad constante; es como la crema del café, vistosa, pero lo que importa es el propio café. La solidaridad casi siempre se homologa a beneficencia, que está muy bien pero los derechos sociales son otra cosa.

Jueves, 10 - Echando de menos a Carlos y Alaska

Pesadilla en el mercado, titulaba Pablo Galán su crónica para recordar que la abulia municipal tiene sin actividad el mercado de A Ponte cuatro años después de inaugurado. Es todo tan absurdo que, con permiso de Pablo, prefiero Horror en el supermercado, que así me da pie a recordar a Alaska y al célebre Carlos Berlanga en aquella cancioncilla: "Terror en el hipermercado/ Horror en el ultramarinos/Mi chica ha desaparecido/ Y nadie sabe cómo ha sido noooo, ooohhhh". Todo es así de absurdo  y naif si no fuese por los dos millones que se han pulido en la obra.

Viernes, 11 - No todo puede estar a pie de calle

Los precios de los locales comerciales del Paseo y Santo Domingo están para Amancio Ortega. Decenas de locales de las galerías en las mismas calles están vacíos. No tienen fachada a la calle, cierto. Tampoco en los centros comerciales.

Sábado , 12 - A garrotazos, como los dos gañanes

Los comerciantes de la ciudad trasladan a la Subdelegación del Gobierno y al Concello de Ourense su preocupación por el caso del top manta. Cierto, no es ni el único ni el principal problema del comercio, pero piden soluciones y están en su derecho. A cambio ambas instituciones se dan de palos como gañanes y le doblan los problemas a los empresarios. Nunca nadie interpretó mejor su papel: siempre en el medio,  molestando. 

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