Opinión

De soterramiento y mentiras

Finalmente, el gran parto de los montes de la integración del AVE en Ourense gestado sobre imposturas y mentiras ha alumbrado un ratoncillo rácano y asténico, que ni el autor del aborto se atreve a calificar de “proyecto”, dejándolo en simple “propuesta”.

Desde hace años vengo publicando numerosos artículos en La Región que han resultado premonitorios. El 30 de enero de 2008, a los pocos días del acuerdo histórico entre el Concello y Fomento sobre la variante exterior, alertaba del peligro de combatir desde la ceguera política aquel acuerdo en vez de defenderlo como un “proyecto de ciudad” con independencia de quien lo hubiera alcanzado. Volví a advertirlo el 23 de febrero de 2011 -ya cuando, con el protocolo de integración y el proyecto adjudicado, el infausto soterramiento asomaba la patita- en un artículo titulado “El soterramiento de la señorita Pepis”, que mereció las críticas burlonas del entonces portavoz del PP en el Concello, como cualquier curioso puede comprobar en el libro de actas del Pleno Municipal. Por último -y para no abusar de auto citas- en mi artículo del 25 de marzo de 2016 en este periódico denuncié que colocar los buses como un abrazo de oso al Centro de Salud de A Ponte era la coartada para liquidar la intermodal y que, llegado el momento, alegarían que con la nueva estación de autobuses junto a la vieja estación ferroviaria -aunque desconectadas entre sí- sería un "despilfarro" construir una nueva. De modo que propondrían unos arreglitos, y listo.

Todo se ha gestado sobre algunas mentiras bien urdidas y alguna actitud incomprensible.

Primera mentira: La Cofradía del Soterramiento. El embeleco “soterrador” -montado por el PP, sus terminales sociales y alguna notable representación de las llamadas “fuerzas vivas”- resultó ser lo que siempre pareció: Un montaje para darle al gobierno popular del Madrid la coartada de paralizar todo con la excusa de “estudiar eventuales mejoras”.

Segunda mentira: Los gobiernos “amigos”. El 22 de abril de 2012 el entonces alcalde de Ourense se reunió con el secretario de estado del Infraestructuras, Rafael Catalá, y este, como reflejaban en los periódicos del día siguiente, declaró que “en pocos días” se confirmaría el conocido “proyecto Foster” y la variante exterior “porque era un proyecto razonable”. Obviamente Catalá apuntaba ya su hobby político de mentir, que ha confirmado plenamente como ministro de Justicia. En Santiago, el otro “gobierno amigo”, seguro de la docilidad que ahora encontraría en Ourense, simplemente recuperó el “trazado de la vergüenza” presentado en 2005, que es lo que el presidente Feijoo siempre tuvo en la cabeza.

Tercera mentira: El presupuesto. El Banco de España acaba de confirmar que el rescate bancario impulsado por el gobierno nos va a costar 37 mil millones de euros de dinero público -casi 4 puntos de PIB- y rescatar las autovías de Aznar, 5 mil millones más. De manera que excuso explicar que la pretendida falta da recursos para la modesta intervención ferroviaria en Ourense no es más que otra de las grandes mentiras de este montaje.

Y, finalmente, una actitud incomprensible: Foster&Parnerts. Esta firma no ganó el concurso de 2011 por su fama, sino porque se ajustó a las premisas de partida del Concello que exigía un planteamiento de conjunto de la intervención urbana para una integración ferroviaria que asegurase movilidad, permeabilidad, intermodalidad y sostenibilidad económica y ambiental. Es obvio que el prestigio de Foster añade valor a un buen proyecto, pero en absoluto indulta una propuesta cicatera, deslavazada y cínica como la que acaba de presentar. Una firma de tan notable trayectoria debería dar alguna explicación.

De modo que antes que una chapuza irreversible, lo mejor sería no hacer nada. Si acaso la adaptación mínima de las vías para que llegue el AVE en fecha, y dejar todo abierto hasta que otros gobiernos en Madrid y Santiago más implicados y sensibles con la tercera ciudad de Galicia, y un gobierno municipal menos dócil, puedan retomar con el compromiso que merece el más importante proyecto público de nuestra historia.

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