Opinión

De juzgado de guardia

Y después de una Semana de Pasión llegan siete días (o más, si hace falta) de reflexión. Quienes tienen en sus manos las riendas de esta ciudad y de esta provincia llamadas Ourense tienen que decidir de una vez por todas si lo suyo es dedicar su tiempo a idas y venidas al y del juzgado o si podrían arañar unos minutos entre declaraciones, imputaciones y querellas para dibujar un cada vez más difícil futuro. Lo ocurrido esta pasada semana, con turistas (ni muchos ni pocos aún, pero hoteles y balnearios no tuvieron queja) deseosos de conocer y disfrutar del lugar, que se encuentran con la mitad de las posibilidades de ocio y cultura cerrada, no es de recibo. Ya no valen excusas, porque se ha invertido mucho dinero, tiempo y esfuerzo en lograr que vinieran; no se les puede ahora dar con la puerta en las narices, sería de juzgado de guardia.

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