Opinión

705 vividores públicos clase "B"

La ciudadanía de este país necesita y quiere saber quiénes son los 704 políticos y altos cargos públicos que conjuntamente con Rodrigo Rato nos han estado, y aún siguen, engañando a todos y todas, riéndose en nuestra propia cara y a cuenta de los dineros de nuestros impuestos. Porque sus sueldazos y prebendas varias, presuntamente defraudadas y derivadas a paraísos fiscales, proceden de nuestros IBI, IRPF, Impuestos de sociedades, IVA y así una larga lista interminable de impuestos que los ciudadanos tenemos y debemos pagar, aunque nos cueste sangre, sudor y lágrimas, y que produce que las empresas deban soportar un brutal gravamen medio del 20,9%, y los trabajadores una fiscalidad directa superior al 37%.

Pero entremos en materia. El Gobierno estableció en 2013 la obligación de informar sobre los bienes en el extranjero a los españoles que tuvieran más de 50.000 euros en valores en el exterior, por lo que estos tenían que presentar el ya famoso modelo 720. A este procedimiento se acogieron 175.000 contribuyentes, los cuales actualmente están siendo revisados por la Agencia Tributaria, en una investigación que se centra en cuentas corrientes, valores, seguros o inmuebles que los españoles han abierto o comprado en el exterior, o que tenían ocultos y los han declarado por primera vez en los dos últimos ejercicios.

Y este proceso ha desembocado en una lista de 705 políticos y cargos públicos investigados por indicios de blanqueo de capitales o por presunto fraude fiscal, y elaborado por la Agencia Tributaria tras la amnistía fiscal aprobada por el Gobierno, aflorando así bienes en más de 200 países, entre los que destacan Suiza (20.000 millones), Andorra (4.000 millones) y Gibraltar (260 millones).

Amnistía fiscal que bajo mi criterio personal fue una tremenda e injusta bofetada a toda una ciudadanía que comprobó una vez más en sus propias carnes como la igualdad social, fiscal y jurídica de los ciudadanos quedaba a los pies de los caballos en beneficio de un grupúsculo de políticos aburguesados que únicamente utilizan las siglas de los partidos para su propio beneficio, a imagen y semejanza de los tahures de casino y amparándose en los apesebrados y palmeros de turno como cómplices de todos y cada uno de los engaños, fraudes y robos a los que somos sometidos los ciudadanos.

La regeneración democrática no solo son dos palabras puestas ahora de moda por todos, no. Regeneración democrática significa el cambio social imprescindible y necesario para que la desigualdad social se erradique y las listas abiertas en los partidos sean la herramienta ineludible para conseguirlo. Lo demás son única y exclusivamente la representación de modelos rancios, oscuros, caducos, y sistemas que permiten puestos vitalicios orgánicos y públicos que solo derivan una y otra vez en corrupción y más corrupción.

No debemos perder jamás la esperanza de salir de este tétrico laberinto, pero para ello, hay y habrá que luchar y el instrumento democrático para ello lo tenemos cada uno de nosotros en nuestro personal y secreto voto en urna. Ahí es donde reside la verdadera fortaleza de la ciudadanía y de nuestro sistema democrático.

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