Cero euros de inversión pública en mi ciudad, Ourense, en todo lo que llevamos de año. Pero aún hay más, que ya es difícil. Ourense municipio se queda sin proyectos termales y comerciales -al no tener seguridad jurídica urbanística-, es decir, esos proyectos económicos que parece que no importan porque solo crean puestos de trabajo estables y de calidad, justo lo que no necesitamos, porque aquí vamos sobrados. Lo que me deriva a preguntar ¿es tan sumamente difícil consensuar, acordar y aprobar un plan general de forma definitiva, y que no se judicialice al día siguiente, por el bien de los que aquí vivimos y queremos seguir haciéndolo? En fin, más y más de lo mismo una y otra vez, pero recordando que solo cuatro de los ámbitos privados anulados podían generar en nuestro ayuntamiento entre puestos directos e indirectos más de 600 nuevos puestos de trabajo, ahí queda el dato para reflexión de algunos.
La misma lectura la podría hacer, contemplando la "desproporcionada" subida de las pensiones de nuestros mayores, nada más y nada menos que un 0,25% para el próximo año. Desde luego, con tal incremento nuestros pensionistas ya no van a saber qué hacer con tantos nuevos recursos económicos. Bueno, eso si la Seguridad Social no quiebra antes, claro, ya que la sostenibilidad del sistema, parece ser, solo está garantizada hasta el último trimestre del 2017. En definitiva, un panorama de lo más alentador el que se vislumbra a corto plazo.
Pero aún falta la guinda ante tanto despropósito, y esta nos viene del INE y de su último informe el cual nos dice que Galicia cerró en 2015 un año negativo en cuanto a indicadores de probreza y desigualdad, retrocediendo a tasas de hace ocho años. Los indicadores de calidad de vida publicados por el INE muestran que la brecha salarial se ensanchó de manera significativa a lo largo del año, provocando que la desigualdad de renta se situara en su nivel más elevado. Y no es que solo sube la población en riesgo de pobreza relativa al alcanzar el 19,4%, cuatro puntos más que 12 meses atrás, es que también aumenta la tasa de riesgo de pobreza. Así, hasta hace nueve meses y, según el INE, pasaban grandes dificultades para llegar a fin de mes el 7,8% de la población, un 18,6% afrontaban dificultades y un 30,3% alguna dificultad. El 27,4% de la población total de la comunidad tenía incapacidad para hacer frente a gastos económicos imprevistos y un 7,8% acumuló retrasos en los pagos. En definitiva, siguen pintando bastos para las clases medias, y para las rentas medias-bajas y bajas, pues ya mejor ni reflejarlo, más que nada por vergüenza ajena, la que no tienen los que deberían de dotar a este país de un gobierno estable que de una vez por todas nos garantice estabilidad y la recuperación de nuestro obviado estado del bienestar.
